En un histórico discurso ante el Congreso de Estados Unidos, el Papa Francisco llamó a rechazar la hostilidad hacia los inmigrantes y tratarlos de manera humana, abordando de forma directa un asunto que divide al país y genera debate en la campaña presidencial para las elecciones de 2016.
En su primera visita a Washington, el Sumo Pontífice dijo que Estados Unidos debe usar su poder y riqueza para servir a la humanidad y que "no debe repetir sus pecados y los errores del pasado".
Estados Unidos no debe darle la espalda "al extraño que está entre nosotros", remarcó. "Construir una nación nos llama a reconocer que debemos relacionarnos constantemente con otros, rechazando una actitud hostil", dijo Francisco, que se describió a sí mismo como "hijo de inmigrantes italianos" que se asentaron en Argentina el siglo pasado.
En un discurso en inglés ante un Congreso dominado por los republicanos, agregó que Estados Unidos no debería verse desalentado por la cantidad de inmigrantes que están tratando de convertir el país en su hogar.
"No debemos dejarnos impresionar por sus números, sino verlos como personas, viendo sus rostros y escuchando sus historias, tratando de responder de la mejor manera posible a su situación. Responder de una manera que sea siempre humana, justa y fraternal", afirmó.
Muchos de sus comentarios fueron recibidos con aplausos, especialmente de los legisladores demócratas pero también de republicanos y jueces de la Corte Suprema.
Y es que la aversión a los inmigrantes ilegales ha sido un tema clave en la carrera por la candidatura presidencial republicana.
De hecho, el favorito Donald Trump dijo que deportará a 11 millones de inmigrantes indocumentados si es elegido para gobernar el país y ha acusado a México de enviar violadores y otros criminales a través de la frontera.
Mientras hablaba, Francisco estaba flanqueado por dos de los católicos más influyentes de Estados Unidos: el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, y el vicepresidente demócrata Joe Biden.
Varios nominados republicanos estaban en la audiencia, incluyendo a Ben Carson, quien generó controversia esta semana al decir que un musulmán no debería ser presidente del país.
Proteger la vida
En un discurso que tocó un variado abanico de temas, el líder de los católicos abogó además por una economía más equitativa, un mayor esfuerzo contra el cambio climático y el fin de la pena de muerte en todo el mundo.
En palabras que fueron muy bien recibidas por los conservadores, el Sumo Pontífice dijo que "las relaciones fundamentales están siendo cuestionadas, al igual que la base del matrimonio y la familia", mostrando su oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo.
Citó también la responsabilidad de proteger la vida humana "en cada etapa de su desarrollo", en una alusión a la eutanasia y el aborto.
Francisco esbozó una doctrina de política exterior basada en el diálogo entre enemigos y la audacia para romper inercias históricas.
Francisco se refirió también a la violencia provocada por el fundamentalismo religioso para pedir a los congresistas tacto y mesura a la hora de luchar contra ella. Y previno contra la tentación del "reduccionismo simplista que divide la realidad en buenos y malos". "Permítanme usar la expresión, en justos y pecadores".
Francisco se dirigió al Congreso un día después de plantear otros temas políticos como el cambio climático y la desigualdad en un discurso en la Casa Blanca, el primer día completo de su visita de seis días a Estados Unidos.
Remarcando su mensaje de ayudar a los pobres, el Papa abandonó el Congreso en un pequeño Fiat negro y se reunió para almorzar con 200 personas sin hogar, a quienes les dijo que no hay justificación social o moral para estar en la calle.