Hillary Clinton cerró formalmente la carrera por la nominación presidencial demócrata el martes en la noche con su victoria en la primaria de Washington DC, e inmediatamente cambió el foco hacia unificar el partido durante una reunión privada con su rival Bernie Sanders.
El encuentro, que se realizó después de que se cerraron las urnas en la primaria demócrata en el Distrito de Columbia, duró casi dos horas. El senador se retiró sin hacer declaraciones y se devolvió a Vermont. Ambas campañas entregaron comunicados similares diciendo que habían hablado sobre sus metas comunes y sobre la “peligrosa amenaza que representa Donald Trump para nuestra nación”.
En una conferencia de prensa horas antes, Sanders no realizó ninguna señal de que le concedería la victoria a Clinton y un vocero dijo que no tenía planes de hacerlo antes de la convención demócrata en julio.
Más bien, el parlamentario está estableciendo sus términos para una eventual concesión y para endosar el apoyo de sus seguidores detrás de la ex Secretaria de Estado.
El senador demanda cambios para que el proceso de nominación demócrata sea más equitativo, incluyendo el reemplazo del liderazgo del Comité Nacional Demócrata, permitir que los independientes participen en la votación y eliminar a los superdelegados, que no son elegidos y son libres de apoyar a cualquier candidato.
“Hace tiempo que deberíamos haber hecho una transformación fundamental del Partido Demócrata”, expresó en la conferencia.
Estrategia de Sanders
La insistencia del senador por Vermont por permanecer como candidato hasta la convención de julio ya no parece amenazar la unidad del partido como temían anteriormente los demócratas.
Clinton se impuso por amplio margen en la primaria del Distrito de Columbia, con un 78% de los votos, frente a un 21% de Sanders.
“En 1984 ni Gary Hart ni Jesse Jackson se bajaron de la carrera ni entregaron sus delegados hasta la convención”, dijo la estratega demócrata Anita Dunn a Bloomberg. “Pero ambos dejaron de hacer campaña activamente frente a Walter Mondale. Lo que, por cierto, Sanders dejó de hacer hace una semana en California”, afirmó.
Lo que Sanders está haciendo ahora es “iniciar una conversación pública que terminará con un partido que ha sido unificado en temas y principios”, aseguró. “No pasa de la noche a la mañana. Generalmente toma un tiempo”.
Rechazo a Trump
Otra señal de tranquilidad para el partido gobernante es que la distancia entre Clinton y el virtual candidato republicano Donald Trump se sigue ampliando.
Nuevas encuestas divulgadas ayer mostraron que el rechazo por el magnate inmobiliario ha aumentado, especialmente tras la masacre en un club gay en Orlando el domingo, que dejó 49 víctimas fatales y 53 heridos.
Una encuesta de Washington Post-ABC News mostró que un 70% de los estadounidenses tiene ahora una visión negativa de Trump, su mayor porcentaje de desaprobación desde que comenzó la campaña de 2016.
Un sondeo separado de CBS mostró que la mayoría de los estadounidenses aprueban la respuesta del presidente Barack Obama y de Clinton a la crisis. Un 51% expresó un rechazo total a la respuesta del candidato republicano.
La misma encuesta mostró que los llamados de Clinton a un mayor control de armas han generado más apoyo que los planes de Trump de prohibir el ingreso de los musulmanes a EEUU. Un 75% de los encuestados dijo que las leyes de armas deben ser “más estrictas”. En contraste sólo un 31% prohibiría de forma temporal el ingreso de musulmanes.
Ayer, Trump sugirió que estaría abierto a prohibir la venta de armas a personas presentes en la lista de observación terrorista, una propuesta que ya había presentado Obama y que había sido rechazada por los republicanos.