Por Isabel Ramos Jeldres
Los rumores de que el Fondo Monetario Internacional tendría listo un plan para ayudar a España si no logra recapitalizar a Bankia se sintieron con fuerza ayer en el mercado, mientras los inversionistas se apresuraban a retirar su dinero del país ibérico.
De acuerdo con lo publicado por el periódico The Wall Street Journal, el FMI estaría esbozando un plan de rescate con vencimiento a tres años, por un monto de 300 mil millones de euros, aunque podría incluir préstamos más pequeños en distintos tramos.
La información, sin embargo, fue descartada de inmediato por el ministro de Economía de España, Luis de Guindos y por el propio FMI. “Son cosas sin sentido. No tiene sentido, es mejor no desmentirlo porque son auténticos sin sentidos al respecto”, aseguró De Guindos. “No hay ningún plan. No hemos recibido ninguna petición (de ayuda de España)”, aclaró la directora gerente del Fondo, Christine Lagarde.
La incertidumbre por la situación económica de España hizo que un récord de 100 mil millones de euros salieran del país entre enero y marzo, por la huida de inversiones en cartera, préstamos y depósitos, mostraron datos divulgados ayer por el Banco de España. En el mismo período del año anterior se había registrado un saldo positivo de 20.900 millones de euros.
Y el riesgo país de España alcanza ya el mismo nivel al cual Bruselas salió en rescate de Portugal.
Semanas clave
Más tarde, en una reunión empresarial, De Guindos advirtió que “el futuro del euro se juega en las próximas semanas en España e Italia”, y que las dudas sobre la zona euro quedarán disipadas tras las elecciones en Grecia el 17 de junio.
Cuatro encuestas dadas a conocer ayer mostraron que el partido Nueva Democracia, que está a favor del rescate, lidera por entre 1,6 y 2,8 puntos porcentuales al partido radical Syriza, que aboga por deshacer el acuerdo con la Unión Europea y el FMI, lo que debería dar señales de tranquilidad.
Una opinión distinta expresó el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la Unión Europea, Olli Rehn, quien cree que la zona euro necesita cambios más profundos para sobrevivir. “Necesitamos una cultura de estabilidad genuina y una capacidad común mejorada para contener el contagio”, afirmó. “Eso es lo mínimo si queremos evitar que el euro se desintegre”
Por su parte, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, se refirió al caso de Bankia, el banco nacionalizado por España en semanas recientes, y lamentó que sus problemas se hubieran subestimado.
“Casos como el de Bankia demuestran que nos enfrentamos a necesidades de recapitalización; es mejor pecar por exceso que por defecto”, aseveró.
Draghi abogó por una unión bancaria, argumentando que “es necesaria una mayor centralización de la supervisión bancaria para prever los riesgos sistémicos”.