Luego de tres años de discusiones fiscales sin un resultado positivo en Washington, los legisladores alcanzaron un acuerdo sobre el financiamiento del gobierno para el año fiscal 2014, que comenzó el 1 de octubre y se extiende hasta el 30 de septiembre del próximo año.
Paul Ryan, representante republicano y presidente del comité presupuestario de la Cámara Baja, y Patty Murray, su homóloga demócrata en el Senado, anunciaron anoche que, tras un mes y medio de negociaciones, lograron resolver sus diferencias para evitar un nuevo cierre del aparato estatal en enero. El pacto aliviará los recortes automáticos en US$ 63 mil millones en los próximos dos años y reducirá el déficit en
US$ 20 mil millones.
El compromiso fija el gasto en cerca de US$ 1 billón (millón de millón) para 2014, un cifra superior a los US$ 967 mil millones establecidos en la ley de control de presupuesto promulgada en 2011.
Además, contempla vender ondas radiofónicas del gobierno, elevar las contribuciones que los empleados federales realizan para sus jubilaciones y aumentar las primas de las pensiones respaldadas por la Corporación de Garantía de Beneficio de Pensión. Las conversaciones no abordaron cambios al sistema tributario ni a programas de ayuda social.
“Como conservador pienso que este un paso en la dirección correcta”, declaró Ryan. Murray, en tanto, destacó que “nuestro acuerdo coloca a los empleos y al crecimiento económico en primer lugar”.