La organización ecologista
Greenpeace ancló hoy en el Atlántico por algunas horas una balsa
frente a las dos centrales nucleares que Brasil tiene en el litoral
del municipio de Angra dos Reis, en protesta contra la construcción
de una tercera planta en el lugar.
En la balsa había cuatro turbinas eólicas de tres metros de
altura cada una y tres militantes que cargaban un letrero
defendiendo la adopción de las energías renovables y el rechazo a la
nuclear.
Según la organización, el Gobierno brasileño pretende invertir
9.000 millones de reales (unos US$4.017,8 millones) en la
construcción de Angra 3, su tercera planta nuclear, con lo que puede
agravar el problema de la basura radiactiva.
El Gobierno calcula que, con las tecnologías actuales, Brasil
tiene potencial para generar 140.000 megavatios de energía eólica,
diez veces lo que produce la central de Itaipú, que comparte con
Paraguay y es la mayor hidroeléctrica en funcionamiento del mundo.