Hollande apuesta por la política exterior

El 7 de septiembre el presidente de Francia, Francois Hollande dio la segunda de las conferencias presidenciales planeadas para este año y centró su mensaje en temas de política exterior. Esto refleja un reconocimiento tácito de que la administración de Hollande tiene poco nuevo que decir sobre la economía local, que continúa exhibiendo un pobre desempeño.

El presidente anunció que Francia podría empezar a realizar vuelos de reconocimiento sobre Siria con la intención de efectuar ataques aéreos contra Estado Islámico. También manifestó que Francia podría recibir a 24 mil refugiados en los próximos dos años, una decisión que arriesga impulsar el apoyo al grupo de extrema derecha Frente Nacional.

Economist Intelligence Unit sigue esperando que el Partido Socialista de Hollande ni siquiera llegue a la segunda ronda en las elecciones presidenciales de 2017.

La decisión de cambiar el enfoque de la conferencia de prensa hacia la crisis de los refugiados en Europa y la amenaza que representa el Estado Islámico no fue una gran sorpresa. El papel de Hollande en ayudar a Grecia a conseguir un acuerdo con los socios de la zona euro a mediados de julio fue ampliamente aplaudido y el presidente espera que tomando una posición firme en el conflicto con el Estado Islámico y confirmando la aceptación de 24 mil de los alrededor de 160 mil refugiados aceptados por la Unión Europea, su asertividad diplomática volverá a ser bien recibida.

Aunque anunciado por la prensa como un nuevo desarrollo, en realidad, el anuncio sobre los vuelos de reconocimiento sobre Siria es más una extensión del marco actual de política de seguridad, en lugar de un cambio en la propia posición. Los aviones franceses comenzaron a atacar objetivos del Estado Islámico en Iraq a fines de 2014 y, como consecuencia del ataque al semanario Charlie Hebdo en enero de 2015, la marina francesa anunció que desplegará el portaaviones Charles de Gaulle en el Golfo para coordinar los ataques al Estado Islámico in Iraq como parte de la coalición liderada por Estados Unidos frente al grupo yihadista.

Apuesta política sobre los refugiados

El anuncio de que Francia daría asilo a 24 mil refugiados es más que nada una apuesta para Hollande. Aunque ha habido manifestaciones en todo el país a favor de aceptar a más refugiados, las encuestas de opinión pública siguen mostrando que la mayoría de los ciudadanos se oponen a permitir que entren más refugiados en el país o al cambio de los procedimientos de asilo en respuesta al creciente número de inmigrantes que llegan a Europa oriental.

Las encuestas también muestran que dos tercios de los ciudadanos creen que los inmigrantes están llegando a Francia principalmente por razones económicas. Al cambiar su postura sobre el tema, Hollande espera claramente que el aumento de imágenes emotivas de refugiados (en las que directamente se le haga referencia indicando que "llaman a la puerta de nuestras conciencias") comenzará a cambiar el rumbo de la opinión pública sobre el tema de la migración.

Es una estrategia arriesgada para un presidente que, según las últimas encuestas, ni siquiera pasaría a la segunda ronda en las próximas elecciones presidenciales que tendrán lugar en 2017.

La líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, continúa encabezando la lista de potenciales candidatos, y se apresuró a criticar el anuncio de Hollande afirmando que la mayoría de los refugiados sirios y del norte de África buscan la riqueza financiera más que escapar de la persecución política. Le Pen afirma que el 99% de las llegadas corresponden a hombres, en contraste con los datos recogidos por la ONU, y que sólo una "ultra-minoría" son refugiados políticos. Ella tiene la esperanza de que al adoptar una línea fuerte en este tema su partido sacará ganancias en las elecciones regionales previstas para diciembre.

Economía en segundo plano

Aunque la economía quedó relegada por los anuncios de política exterior durante la rueda de prensa, no fue totalmente descuidada. Hollande confirmó que el presupuesto 2016 incluiría 2 mil millones de euros en recortes de impuestos, diseñados para beneficiar a 8 millones de familias de bajos ingresos (de un total de 28 millones). El mandatario afirmó que esto sería compensado con los recortes de gastos previstos con el fin de mantener la reducción del déficit fiscal por buen camino. El presidente galo también reiteró su intención de reformar la legislación laboral para aumentar la flexibilidad y simplificar el complejo código del trabajo, aunque descartó cambios a la semana laboral de 35 horas.

La decisión de no detenerse demasiado en la economía es comprensible. A pesar de afirmar que "el crecimiento ha vuelto", la mejor noticia que Hollande pudo exhibir fue que el crecimiento del PIB real podría llegar hasta un poco más de 1% en 2015 y 1,5% en 2016 (similar a nuestros pronósticos). Es poco probable que estos débiles niveles de crecimiento sean suficientes para estimular la creación de empleos o elevar las inversiones, lo que será fundamental para alcanzar tasas de expansión más sólidas en el mediano plazo. Un contexto económico externo volátil que refleja un endurecimiento inminente de la política monetaria de Estados Unidos, las preocupaciones sobre la desaceleración de la economía china, y la inestabilidad en los mercados de divisas y de materias primas, también podría afectar las decisiones empresariales sobre inversión y el empleo, además de añadir precaución.

Hollande estaba claramente esperando que una mejora cíclica hubiera elevado la economía francesa por ahora. Ha declarado en repetidas ocasiones que sólo se presentará a las elecciones presidenciales de 2017 si el desempleo cae de una manera "creíble" a lo largo de 2016. Con el final de 2015 acercándose rápidamente, el riesgo es que una economía global en deterioro y unas condiciones todavía débiles en casa se combinarán para mantener el desempleo elevado y el crecimiento débil.

Independientemente de la reciente atención a las cuestiones de política exterior, Hollande en última instancia será juzgado por los progresos realizados dentro el país, en lugar de su aporte al escenario político internacional.