Los países de la zona del euro estudian incrementar la capacidad de ayuda del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) desde los 500.000 millones de euros previstos hasta los dos billones de euros, según informa Der Spiegel.
El semanario alemán señala en su última edición, publicada ayer, que al cuadruplicar las posibilidades de ayuda del MEDE se garantizaría el rescate de grandes países de la moneda única, como España e Italia.
Eso sí, hay que matizar que se trata de una ampliación de la capacidad del fondo para apalancarse hasta los dos billones, pero no conlleva un reforzamiento de capital efectivo hasta ese nivel, lo que no supondrá mayores aportaciones por parte de los estados.
La idea de la eurozona es que el MEDE cuente con los mismos instrumentos y con los mismos fondos que su antecesor, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), algo que ya apuntaron los ministros de Finanzas de la moneda única en la cumbre de Chipre. En este modelo los mayores riesgos son asumidos con fondos públicos, mientras se invita al capital privado a participar asumiendo un riesgo menor.
Así, el MEDE contaría con dos instrumentos que permitirían usar el dinero público para transacciones particularmente arriesgadas, como la compra de deuda soberana española, mientras que los inversores privados desembolsarían el resto.
Con ello, el MEDE tendría una capacidad de crédito ligeramente superior a los dos billones de euros, sin necesidad de que los países de la eurozona tengan que aumentar sus aportaciones a los fondos comunitarios.
No obstante, parece que el plan no cuenta con el respaldo unánime de la eurozona. El semanario alemán asegura que el ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schaeuble, apoya el proyecto, pero Finlandia está ralentizando el proceso de aprobación.
Una portavoz del ministerio de Finanzas de Alemania ha confirmado que, tras la resolución del Tribunal Constitucional sobre el MEDE, el Gobierno está revisando sus políticas europeas, lo que incluye el fondo comunitario y la posibilidad de que entren inversores privados, aunque esta mañana el mismo ministerio ha matizado que la cifra de dos millones de euros "no es realista". "Cualquier referencia a cifras precisas es una abstracción, ha remachado.
Una cifra "incomprensible"
Según esta fuente, el objetivo es dotar al MEDE de las mismas herramientas que posee el FEEF, aunque ha considerado que la cifra de dos billones de euros es incomprensible. A este respecto, ha señalado que el pasivo alemán se mantendrá en 190.000 millones de euros.
El plan está siendo debatido en el seno de la Unión Europea (UE) y, una vez esté definido, se presentará en la cámara baja del Parlamento alemán para su aprobación, asegura.
Si esta noticia no se confirma, el MEDE entrará en vigor el próximo 8 de octubre tal y como fue diseñado en un principio, con una dotación de 500.000 millones de euros.
Por su parte, la revista alemana Focus, ha publicado que la canciller germana, Angela Merkel, y Schaeuble quieren reforzar la figura del comisario de Moneda para que decida en exclusiva sobre los procesos contra los países que no cumplan los objetivos de déficit.
Además, pretenden que el comisario de Moneda pueda exigir enmiendas a los borradores de los presupuestos generales que tengan déficits excesivos.
Un portavoz del Ministerio de Finanzas de Alemania ha declinado pronunciarse a este respecto, pero ha subrayado que las actuales discusiones se centran en el fortalecimiento de la moneda única.
La oposición se opone
La oposición parlamentaria alemana (diputados socialdemócratas (SPD) y Los Verdes) ha rechazado la posibilidad de aumentar el capital del MEDE y recuerda que el Bundestag deberá sancionar previamente cualquier modificación de dicho fondo.
"El pleno del Bundestag deberá decidir de nuevo también cuando, sin elevar el marco de las garantías, se pueda multiplicar la suma de los préstamos", advierte Carsten Schneider portavoz presupuestario del SPD en la edición digital del rotativo Passauer Neuen Presse.
Schneider critica el hecho de que el Gobierno federal pretenda multiplicar la capacidad de crédito de un producto financiero por "la puerta trasera", sobre todo, cuando se asemeja precisamente a los productos que desencadenaron la crisis financiera.
También el portavoz parlamentario de Finanzas de Los Verdes, Gerhard Schick, exige en el mismo medio la aprobación por el Bundestag de todo cambio del MEDE y advierte de que, aunque no se incremente la cifra de garantías, se "elevaría el riesgo".
En parecidos términos se expresa en dicho digital la vicepresidenta de La Izquierda, Sahra Wagenknecht, para la que "más dinero no se consigue gratis, sino con mayores riesgos para el contribuyente".