Warren Buffett compara a las compañías que compra con obras de arte. Véndanos su negocio, afirmó una vez, "y lo pondremos en el Museo Metropolitano. Tendrá un ala sólo para ella; ahí estará para siempre".
"O puede vendérselo al dueño de una tienda de pornografía, y él la tomará, le agrandará el busto y lo pondrá en la vitrina, donde algún pervertido vendrá y la comprará".
En una encantadora metáfora, el inversionista resumió lo que hace a Berkshire Hathaway, su compañía matriz, tan diferente de una firma de capital privado, destacando también cómo difiere de los conglomerados que han venido antes que él.
Buffett ha adquirido tantas empresas que Berkshire ha eclipsado a General Electric como el mayor conglomerado en EEUU, con un valor de más de US$ 350 mil millones. Sus operaciones abarcan líneas férreas, aseguradoras, eléctricas, agentes inmobiliarios, manufactureros industriales, distribuidoras de autos, retailers de muebles, comida rápida, diarios... la lista sigue mientras Buffett se niega a vender cualquier filial.
En Berkshire Beyond Buffett, Lawrence Cunningham argumenta que esta sensación de Berkshire como una casa permanente -"un orfanato para el vagabundo corporativo", lo llama el autor- es el pegamento que mantiene unida a la compañía.
El libro es una contribución oportuna a un creciente debate. Los banqueros de Wall Street, excluidos de los arreglos de Buffett, se saborean ante la perspectiva de desmantelar Berkshire cuando él no esté.
Pero E es por "eterno" en la última letra del acrónimo con que el autor describe la cultura de la firma, que une los negocios de Berkshire y que él argumenta le permitirá rechazar las ideas de una fragmentación.
Todos sus negocios y ejecutivos son BERKSHIRE -Buenos inversionistas, Emprendedores, Rudimentarios (evitan la complejidad), Cercanos a los valores familiares, Sobrios con los presupuestos, Honestos, Independientes (de la oficina matriz), Rigurosos respecto de la reputación, así como Eternos.
Cunningham, un profesor de derecho empresarial en la Universidad George Washington, es el autor de numerosos libros sobre la inversión de valor y el editor autorizado de The Essays of Warren Buffett. Ejecutivos de docenas de filiales de Berkshire cooperaron en su último trabajo, y logra una historia enciclopédica de los negocios del grupo.
Es un libro poblado con grandes emprendedores y jefes progresistas de empresas construidas durante generaciones, lo mejor del capitalismo de EEUU. Argumenta que la esencia de Berkshire es la de una firma familiar, manejada por ejecutivos que se consideran dueños criando la compañía para la próxima generación. Los accionistas piensan que son socios a largo plazo.
Sin embargo, en cada giro, hay avisos de que estos rasgos brotan directamente del encantador fundador, y Cunningham arriesga defender el argumento opuesto: que Berkshire es Buffett.
Los ejecutivos hablan del lazo de lealtad que sienten hacia Buffett. Mientras los dueños de negocios en EEUU lo han buscado y le han vendido a precios bajo el mercado, Berkshire se ha sentido frustrada en sus esfuerzos por encontrar adquisiciones fuera de EEUU, donde es menos conocida.
Al final, ningún libro sobre la cultura de Berkshire podría presentar completamente el argumento de que la compañía sobrevivirá. Ninguna firma es realmente un museo; no tiene que ser una tienda de pornografía, pero podría ser una galería de arte.
La verdadera pregunta es una de asignación de capital: si es que el dinero que podría levantar Berkshire al vender sus negocios podría ser invertido más lucrativamente en otra parte, ya sea dentro de la compañía o luego de que sea devuelto a los accionistas. También es una pregunta de valoraciones relativas, de si es que las piezas de Berkshire podrían valer más por separado.
En otras palabras, ¿cuánto valor están dispuestos los accionistas de Berkshire a dejar sobre la mesa para mantener su promesa de permanencia? La respuesta es ciertamente diferente más allá de Buffett.
Nombre: Berkshire Beyond Buffett
Autor: Lawrence Cunningham
Editorial: Columbia University Press
precio: US$ 19,65