El gobierno británico puso en marcha hoy
un programa que permitirá garantizar los activos tóxicos de los
bancos del Reino Unido para que puedan seguir concediendo préstamos
y se pueda recuperar la confianza en la banca del país.
Se trata del llamado Programa de Protección de Activos, anunciado
ya por el Ejecutivo el pasado 19 de febrero, y con el que se podrán
garantizar US$ 723.935 millones de inversiones y deudas tóxicas.
El Royal Bank of Scotland (RBS), que hoy anunció las mayores
pérdidas de la historia empresarial británica, ha sido el primero en
sumarse al programa, ya que colocará US$ 470.237 de activos tóxicos en el plan.
Para acogerse al plan, el RBS deberá pagar un arancel de US$ 9.411 millones al Tesoro.
Así, el RBS se comprometerá a reanudar los préstamos a la pequeña
y mediana empresa y a quienes quieran comprar una vivienda.
El Tesoro también informó de que el Estado facilitará un capital
de US$ 18.822 millones al RBS,
por encima de los US$ 28.957 millones ya aportados para rescatar a la institución, con lo que la
participación del Gobierno en el banco ascenderá al 80%.
A cambio de este apoyo, el banco facilitará préstamos y será
reestructurado, para "volver a principios bancarios ya probados",
según informó hoy en el Parlamento el ministro británico de
Economía, Alistair Darling, para explicar este plan de garantías.
El Lloyds TSB, que ha manifestado su intención de sumarse al plan
de garantía de activos, espera explicar los detalles de sus planes
mañana cuando remita a la Bolsa de Londres sus resultados del 2008.
Los bancos que se unan al programa tendrán que hacer frente al 10% inicial de pérdidas de los activos protegidos, mientras
que el gobierno se hará cargo del resto de las pérdidas.
"Queremos crear confianza", dijo Darling, y agregó que este
programa permitirá a los bancos "mantener y ampliar los préstamos".
El RBS, uno de los bancos más castigados por la crisis crediticia
global, registró en el 2008 pérdidas por US$ 34.946 6 millones.