El crecimiento, el desempleo, el sector inmobiliario, la jefatura de la Reserva Federal, la política fiscal y las regulaciones representan los principales desafíos económicos de la nueva administración de EEUU.
La economía es sin duda lo más importante. La expansión ha sido débil y aún no se recupera de la recesión de 2007-2009, incapaz de lograr superar la tasa anual de 2%. Es insuficiente para bajar el desempleo de 8% si se toma en cuenta que antes de la crisis se mantenía en torno al 5%.
Empleo. El plan laboral de Obama apunta a fortalecer la manufactura local, las PYME y la educación, y reducir la dependencia del petróleo extranjero.
Quiere crear un millón de nuevos empleos industriales hasta 2016 y más de 600.000 puestos de trabajo en el sector del gas natural, así como la contratación de 100.000 profesores de ciencia y matemáticas.
Además espera reparar y reemplazar viejas rutas, puentes y escuelas.
Vivienda. En el sector inmobiliario, donde se gestó la crisis financiera, el futuro gobierno deberá mantener su recuperación en curso. Según un informe de Goldman Sachs de julio, la vivienda ya experimenta precios en alza, crecimiento del empleo y políticas públicas de respaldo.
Obama ha apoyado la ayuda a compradores en problemas para refinanciar sus deudas y beneficiarse de bajísimas tasa de interés, aunque ha tenido escaso impacto.
El mandatario además se enfrascó en una disputa sin resultados con el regulador independiente de las entidades semipúblicas Fannie Mae y Freddie Mac, Edward DeMarco, para que deje a ambos prestamistas reducir capital a los deudores que deben más de lo que valen sus viviendas.
Reserva Federal. El mandato del jefe actual, Ben Bernanke, vence el 31 de enero de 2014. Tras ocho años en el cargo podría aspirar a un tercer mandato, pero ha dado señales de que piensa retirarse.
Aún así, se espera que Obama le ofrezca un nuevo periodo. En caso de irse, la vicepresidenta de la Fed, Janet Yellen, es vista como candidata a sucederlo y considerada como partidaria de mantener una política monetaria ultra flexible hasta que mejore el mercado laboral.
“Abismo fiscal”. La política fiscal es sin duda uno de los puntos más delicados, incluido el “abismo fiscal”. Respecto a este último punto, el ganador de la elección deberá llegar a un acuerdo con el Congreso para decidir qué hacer con los recortes de gasto y aumento de impuesto que entran en vigor en enero de 2013, y que según muchos economistas podría hundir al país en una nueva recesión. Una opción es subir el techo del endeudamiento fiscal y otra llegar de nuevo a una solución transitoria.
El año fiscal que terminó el 30 de septiembre cerró con un déficit de más de un US$ 1 billón (millón de millones) y la deuda estadounidense ya ha superado los US$ 16 billones. Y según el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobrepasará el 110% del PIB de la primera economía mundial en 2013.
Obama propone reducir el déficit presupuestario en más de US$ 4 billones en la próxima década, mediante la expiración de reducciones impositivas para ricos promulgadas por su predecesor George W. Bush y la eliminación de vacíos legales. La mitad del dinero ahorrado con el fin de las guerras de Irak y Afganistán será usado para reducir el déficit.
Regulación. La principal tarea será implementar la reforma financiera, cuyo corazón es la ley Dodd-Frank.
No se sabe si la jefa del regulador de valores SEC, Mary Schapiro, seguirá en su cargo, pero Obama probablemente designe un reemplazo que no reducirá las protecciones a los inversionistas para beneficiar a corporaciones y firmas financieras.