Por María Ignacia Alvear C.
A pesar de la crisis de deuda europea, las economías asiáticas siguen mostrando un buen desempeño. Si bien China, el gigante asiático, ha sufrido una desaceleración (se espera una expansión de sólo 7,5% para este año, según el primer ministro), no es señal de que la región se esté frenando. Así lo estima el Country Manager de Credit Suisse en Singapur, José Isidro Camacho, quien apuesta a que China superará los pronósticos del premier, Wen Jiabao.
- ¿Cuál es su pronóstico para la región del Asia Pacífico?
- Esperamos un sólido crecimiento impulsado por la demanda doméstica que ha sido generada en la región. Sin embargo, para poner eso en perspectiva, también debe haber cautela en relación a la crisis europea, que afecta el crecimiento en Asia. Europa continúa siendo un tremendo mercado para gran parte de la región, en particular China e India.
No obstante, las exportaciones entre la mayoría de los países asiáticos, especialmente hacia China, ahora son el mayor componente. Por esa razón el crecimiento sigue siendo fuerte a pesar de la crisis. Credit Suisse pronosticó un crecimiento para Asia de 6,4% en 2012 frente al 5,5% para los mercados emergentes globales.
- ¿Cómo afecta el desarrollo de China a sus vecinos?
- El crecimiento de China está creando mucha demanda en las economías asiáticas, de recursos naturales y agrícolas de Australia, Indonesia, Tailandia y Vietnam. Además, China se está transformando en algo más atractivo. Las firmas chinas sólidas están convirtiéndose en inversionistas extranjeros directos en el resto de la región.
- Hace unas semanas, China anunció una baja en los requisitos de reserva para la banca. ¿Cómo beneficiará esto a la economía?
- Va a ayudar a equilibrarla. Si se mira cómo las autoridades monetarias chinas han actuado en respuesta a las situaciones globales, creo que han sido muy competentes. Durante la crisis financiera ellos salieron con un programa de estímulo, creo que pudieron demostrar que eran capaces de hacerlo porque la economía china continúa creciendo muy fuerte, lo que ayuda no sólo al resto de la región, sino es que al resto del mundo.
Aquellas medidas que tomaron son un indicio de que buscan un balance y que, debido a una desaceleración por la crisis europea, las autoridades chinas están tratando de estimular la economía doméstica.
- ¿Cree que la economía china está apuntando a un aterrizaje suave?
- Sí, creo que China tendrá un aterrizaje suave, con lo que quiero decir que el PIB quizás crezca 8% este año. Creo que una expansión a esta tasa es un crecimiento saludable. China ya es una de las mayores economías del mundo, por lo que un crecimiento de 8% puede ser suficiente para abordar los asuntos locales, pero también ayuda a impulsar al resto del mundo.
Gracias a la fortaleza de su economía, las autoridades monetarias tienen más herramientas para dirigir la desaceleración de la economía, la inflación, etc. Y debido a su sistema político y económico, son más efectivos al utilizar esas herramientas. Por ejemplo, debido al sistema que impera en EEUU, toma más tiempo implementar programas de estímulo. En China, el sistema político permite hacerlo de manera más efectiva.
- Los chinos están envejeciendo muy rápido. ¿Cómo la demografía podría estar afectando la expansión del gigante asiático?
- El envejecimiento es uno de los desafíos de China. Su economía se está transformando: está pasando de ser un hub de producción a ser una creadora de demanda doméstica, por lo que se transforma en un hub de servicios. Los productos y los servicios están siendo consumidos dentro del país. Las pérdidas en las instalaciones de producción debido al envejecimiento de la población, por ejemplo, están siendo reemplazados por nuevos negocios que se están instalando en China, como empresas de telecomunicaciones.