Las transferencias de dinero de
inmigrantes de América Latina y el Caribe a sus países cayeron un
15% en 2009, hasta los US$ 58.800 millones, debido a la
crisis económica en países como EE.UU., España y Japón.
Sin
embargo, según un informe publicado hoy por el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), la recuperación de estas
transferencias durante el último cuatrimestre de 2009 y las
estadísticas de empleo y migración revelan una estabilización del
envío de dinero.
Pese a la disminución de estos envíos, esta
fuente de ingresos
representó todavía más de un 10% de la riqueza de países como
Guatemala, El Salvador, Honduras, Haití y Nicaragua.
La caída del
15% el año pasado fue la primera regresión detectada
desde que el organismo registra este tipo de variables (2001) y
significó que en 2009 entraron US$ 58.800 millones a los
hogares de los países de la región.
Hasta entonces, estas
cantidades habían crecido cada año de media
un 17%, aunque se ralentizaron en 2006 y dos años después sufrieron
una considerable bajada como consecuencia de la pérdida de poder
adquisitivo y el desempleo en países como España, Estados Unidos y
Japón.
Los meses venideros de 2010 se presentan más optimistas,
según el
informe, que además de detectar "signos de estabilización" a finales
de 2009, apunta hacia "los comienzos de un nuevo período de
crecimiento de un solo dígito en un futuro cercano".
Pero, a
corto plazo, la recuperación de las remesas es
"improbable", según el documento, debido a las "incertidumbres" del
crecimiento económico de los países donde viven los inmigrantes.