Aunque el mercado accionario también reaccionó a la noticia, fue en los instrumentos de renta fija donde se sintió más notoriamente el dato de inflación dado a conocer por el Instituto Nacional de Estadísticas. La variación más alta de lo esperado provocó que la curva de las tasas de los bonos del Banco Central (BCCh) en UF cayeran, pero a esto se sumó una fuerte alza en las tasas de los papeles en pesos, lo que incrementó la diferencia entre ambas curvas.
Así, en sólo un día se vieron saltos en la curva de más de diez puntos base en los instrumentos en pesos, mientras que en los bonos indexados a la inflación se produjeron caídas similares. Entre los analistas, la explicación vendría netamente por mayores expectativas inflacionarias. A esto se le suma el hecho de que el escenario externo se ve positivo, con lo que se daría un mayor apetito por riesgo.
Desde Celfin, Cristián Fuenzalida asegura que “cuando sube tanto la curva en pesos quiere decir que los inversionistas están viendo que la tasa de política monetaria (TPM) no va a recortarse, porque al final la curva en pesos a dos años es el promedio de cómo debiera andar la tasa libre de riesgo en ese plazo”. Esto se traduciría en que, si la inflación continúa su senda alcista por encima de lo estimado, no habrá ningún incentivo a bajar la TPM y por tanto la curva en UF seguirá baja.
Ello, en conjunto con mejores perspectivas en las bolsas, provocó que los institucionales salieran a tomar utilidades, lo que explica los altos montos transados ayer.