El rescate de Fannie Mae y Freddie Mac supone US$ 25.000
millones que recaerán sobre la balanza federal. El Tesoro tendrá que emitir
bonos para cubrir la financiación de las hipotecarias, pero su efecto no será
tan fuerte como para afectar a la calidad de la deuda.
La agencia de calificación financiera Moody’s estima que la
deuda del Tesoro sigue teniendo una calificación máxima, de triple A, incluso
en el caso de que el Tesoro se viera obligado a ir más allá.
Los expertos prevén que si el departamento que dirige Henry
Paulson tuviera que emitir bonos de hasta 200.000 millones de dólares (unos
130.000 millones de euros) para financiar a las hipotecarias, esto supondría
aumentar ligeramente el ratio de total de la deuda federal sobre el PIB (del
36,5% al 38,1%), un incremento moderado en unos niveles que son de por sí
bajos.
Además, el total de deuda emitida no es lo más importante
para los países que cuentan con una calificación de triple A, ya que estos
pueden soportar una cantidad de endeudamiento superior a otros países. La
seguridad que ofrece Estados Unidos por sus instituciones y su elasticidad
financiera, hace que la deuda emitida por el Tesoro no pierda calidad pese al
aumento de bonos en circulación.
La ayuda del Tesoro
El Departamento del Tesoro estadounidense ha salido al
rescate de Fannie Mae y Freddie Mac a través de dos respaldos financieros. Por
un lado ha facilitado liquidez directa que saldrá de las arcas federales y que
que el Tesoro cubrirá previsiblemente con bonos del Estado. El segundo tipo de
ayuda es el acceso a la ventanilla de financiación de emergencia para la banca
de la Reserva Federal
de Nueva York, un mecanismo que no afecta directamente al balance del Gobierno
Federal.
Según Moody’s, el verdadero reto para las arcas federales
sería que otras financieras, y no de estas compañías subvencionadas por el
Estado, quebraran y tuviera que ser, incluso, nacionalizadas. Aunque los
expertos no esperan que esto ocurra, esto sí sería un verdadero problema para
la hoja de cuentas federales.