Cambio Climático

La propuesta del experto del FMI que busca compensar emisiones protegiendo a ballenas y elefantes

Gabón tiene un proyecto de compensación de emisiones y protección de elefantes, mientras Chile contaría “con todo lo necesario” para hacerlo con las ballenas.

Por: Valentina Llompart | Publicado: Lunes 8 de agosto de 2022 a las 16:19 hrs.
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Ralph Chami, economista y director asistente del Fondo Monetario Internacional (FMI). Foto: Julio Castro
Ralph Chami, economista y director asistente del Fondo Monetario Internacional (FMI). Foto: Julio Castro

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Las ballenas pueden absorber 33 toneladas de dióxido de carbono (CO2) durante toda su vida y los elefantes pueden almacenar más de 700 kilos. Con esta premisa, Ralph Chami, economista estadounidense y director asistente del Fondo Monetario Internacional (FMI), desarrolló un modelo que permite que grandes compañías puedan compensar sus emisiones, protegiendo a estas especies y a sus hábitat.

En ese contexto, el experto participó en el Festival de Innovación y Futuro UC, organizado por el Centro de Innovación UC - Anacleto Angelini, MBA UC , Magíster en Innovación y DUOC UC, donde expuso esta solución basada en la naturaleza para combatir el cambio climático. 

En conversación con DF, Chami comenta que la industria financiera históricamente no ha contribuido de manera positiva a la conservación de la naturaleza: “Nunca estuvo involucrada en la discusión sobre la conservación de la naturaleza. Hoy este sector ha comenzado a ayudar en la lucha contra el cambio climático en términos de recursos”.

Chami explica que el potencial de los animales para compensar las emisiones de CO2 es una “idea relativamente nueva”, porque el acento ha estado en financiar proyectos de reforestación, dada la gran capacidad de los árboles para capturar carbono.

En 2017, luego de una travesía con científicos, el expertó comenzó a estudiar las ballenas y detectó que además de absorber CO2, tienen capacidad para fertilizar fitoplancton -microorganismos acuáticos- a través de sus heces, las cuales son altas en fósforo, hierro y nitrógeno. “Los fitoplánctones absorben el 30% de todo el CO2 de la atmósfera anualmente, lo que equivale a cuatro bosques amazónicos por año”, afirma Chami.

El experto señala que los elefantes también aportan a la captura de CO2 desde varios frentes: por el tamaño de su cuerpo, por desplazamiento y hábitos alimenticios.

“Mientras transitan por los bosques, reducen la densidad de árboles y plantas más pequeños, lo que lleva a un aumento en la proporción de árboles más grandes y que almacenan más CO2; y a través de sus heces fomentan la fertilización de la tierra y plantas”, dice Chami.

Cuenta que en Gabón se está implementando un proyecto para proteger elefantes y compensar emisiones. “Gabón ha hecho el mejor trabajo de todos los países de África en la protección de sus elefantes y sabe exactamente cuántos habitan en sus bosques”, afirma el experto.

Modelo de compensación

Chami comenta que el sistema para compensar emisiones que propone es similar a un modelo para valorar la parte de las acciones que paga dividendos.

“Al pensar en un elefante o una ballena, ese es un activo natural que produce valor con el tiempo, por ejemplo, al tener hijos. Y una vez que comprende su contribución a la captura de carbono, lo valoramos a lo largo de su vida útil”, afirma.

A raíz de lo anterior, el economista estableció un mercado respecto de la captura de carbono de estas especies, donde las grandes compañías que busquen compensar su huella de C02 puedan “comprar los servicios de captura de carbono de estas especies, financiando su protección. Como consecuencia, también logran aumentar sus criterios ESG -Medio Ambiente, Social y Gobernanza- y comprometerse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (de las Naciones Unidas)”.

Para garantizar que los recursos se destinen a la protección de estos animales, Chami plantea que se debe crear un fondo soberano de riqueza natural para cuidar ambas especies en cualquier país, con apoyo de tecnologías como blockchain y contratos inteligentes “que velen por la transparencia del sistema”, dice.

Un factor clave son las comunidades locales. “En el caso de los elefantes, tienes comunidades que viven alrededor de este bien natural, y lo justo es aportar en términos de empleos, en aliviar su pobreza con estos recursos. No será posible resolver nada si no comprendemos que cuidar a las personas es también cuidar a la naturaleza”, explica.

El potencial de Chile

Chami afirma que Chile podría jugar un rol crucial en aplicar un modelo de este tipo con las ballenas, ya que “cuenta con todo lo necesario para desarrollarlo: el océano, la Patagonia, y toda la flora y fauna que conforman estos lugares”

Sin embargo, cuenta que primero se debe hacer una contabilidad del capital natural con la ayuda de los científicos, “para tener claro el panorama”, dice.

Chami participa en el proyecto The Blue Boat Initiative de la Fundación MERI, la que desarrolló un sistema de alerta temprana de ballenas para las embarcaciones con boyas inteligentes. Inciativa que podría ser el primer paso para instalar un sistema de compensación de emisiones basado en ballenas.

“Se podría invertir en la boya, porque está capturando datos sobre dónde están las ballenas en tiempo real, si están vivas. Se podría crear todo un mercado donde invertir en la boya se relacionaría directamente con la captura de carbono”, agrega Chami.

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