La relación entre música y tecnología no es nueva, pero en los últimos años ha ido ganando terreno. En ese espacio, en 2017 se creó la Asociación de Empresas de Tecnología para la Industria Musical (Mustach), un gremio que reúne a 25 startups chilenas, con soluciones que van desde hardware de audio hasta plataformas para la gestión de derechos de autor.
En entrevista con DF, su presidente, Hugo Villarroel, afirmó que “Chile puede ser una potencia sudamericana en musictech” (startups de tecnologías para la música), gracias al talento local y a la experiencia acumulada por las empresas, pero se requiere una estrategia de largo plazo y mayor apoyo público y privado.
Comentó que la asociación ha trabajado para visibilizar y escalar startups chilenas que diseñan herramientas tecnológicas para el mundo del espectáculo y la creación musical. Por ejemplo, en enero pasado, las socias del gremio concretaron negocios por US$ 1,5 millones en el NAMM Show 2025 en Estados Unidos, el evento comercial considerado el “más relevante de la industria”.
“Si logramos aunar esfuerzos públicos y generamos una estrategia a largo plazo, podríamos convertirnos en un hub latinoamericano de tecnología para la música”.
- ¿Qué los motivó a crear la asociación y con qué propósitos?
- Nos centramos en resolver problemas de la industria de la música y del entretenimiento a través de la tecnología, innovación y herramientas de hardware y de software. Esto lleva más de 10 años gestándose y somos el primer gremio a nivel mundial en musictech. Era algo bastante desconocido e incipiente. Curiosamente, con el paso de los años, se creó Music Tech Europe, una tremenda infraestructura que permite que startups de tecnología para la música puedan, por ejemplo, hacer pasantías entre países en Europa, acceder a fondos de inversión y a posicionamiento y visibilidad. Lo mismo está pasando en Brasil. El año pasado se creó el gremio MusicTech Brasil, y ambas entidades nos han preguntado cómo lo hemos ido haciendo en este tiempo.
- ¿Qué están haciendo para apoyar el escalamiento de las musitech chilenas?
- El año pasado creamos Music Tech Chile, un spin off de Mustach, un proyecto que levantamos con ProChile, y tiene ese objetivo estratégico: el proceso de internacionalización de las startups, de nuestras soluciones. El gran trozo de la torta está fuera del país, Chile es cerca de un 3% o 4%, mientras que Estados Unidos, por ejemplo, representa el 43% del mercado mundial, entonces necesitamos que nuestras empresas exporten sus productos y servicios.
- ¿Existe suficiente apoyo público y privado para el desarrollo de esta industria?
- Yo creo que ha habido un avance con programas como Chile Creativo y algunas líneas que se han articulado con Corfo, pero la verdad es que necesitamos mucho más apoyo. Si bien hay varias empresas del gremio que hoy están exportando a países como Japón, Alemania o Estados Unidos, hay otras que están luchando en el día a día para que el desarrollo de sus tecnologías pueda salir a otros mercados.
Creemos que tienen que haber más fondos, que la musictech tiene que ser un área priorizada de lo tecnocreativo y tenemos todo para lograrlo. Ya tenemos la rueda, no hay que inventarla, pero queremos proponer que se le inyecte un poco más de aire y empiece a girar mucho más rápido. Si logramos aunar esfuerzos públicos y generamos una estrategia a largo plazo, podríamos convertirnos en un hub latinoamericano de tecnología para la música.
Hoy el apoyo público es superior al privado en Chile. Han surgido algunos fondos especializados como Screen Capital, que es privado con apoyo de Corfo, y tiene una segunda fase que va a estar abierta a cine y también a otros desarrollos tecno creativos. Ahí tenemos una oportunidad de concientizar al mundo privado y a los inversionistas de que lo que estamos desarrollando es con una mentalidad de startup.
Una red regional
- ¿Cuáles son los focos y planes para este año?
- Queremos continuar el trabajo en nuestra marca Music Tech Chile y también posicionar al gremio a nivel nacional. Queremos que todo el país se entere de que bandas como Foo Fighters y Sepultura están usando tecnología hecha en Chile, pero para abrir esa puerta, primero hay que hacer gestiones con el mundo público para tener más apoyo financiero y reunir más talento humano. Estamos en conversaciones con la Municipalidad de Viña del Mar para lo que sería una futura cesión de espacios para el diseño de un distrito creativo.
Además, en base a la experiencia y a lo que ya tenemos en Chile, estamos en conversaciones con MusicTech Brasil para comenzar a articular la red Music Tech Latam donde Chile podría ser la cabeza de esta estrategia. Y tengo la fuerte convicción de que Chile puede ser una potencia sudamericana en musictech, incluso aspirar en algún minuto a llegar a ser un Miami, donde sabemos que el tema de lo tecnocreativo está muy fuerte.
También firmamos un convenio con Barcelona Music Tech Hub para intercambiar experiencias y posibilidades de proyectos futuros conjuntos, que permitan que las innovaciones chilenas puedan cruzar el charco rápidamente.
Talento e IA
- ¿Hay suficiente masa crítica de profesionales para desarrollar esta industria en Chile?
- De todas maneras. Hoy la buena noticia es que tenemos todas esas capacidades humanas de disciplinas como la ingeniería civil electrónica. Pero también tenemos que hacer alguna estrategia con las universidades y permear que un ingeniero en software o en diseño de producto también podría diseñar una solución que sacuda a la industria de la música.
- ¿Qué desafíos plantea la IA al sector?
- Pone en jaque la propiedad intelectual, aunque es una amenaza más tangible en gremios como la SCD (Sociedad Chilena de Autores e Intérpretes Musicales). Cuando empezaron a aprender los sistemas con canciones legendarias, se despertaron todas las alarmas. La pregunta es: ¿hasta dónde es una inspiración y hasta dónde es una copia? Eso tiene que estar estipulado en la futura ley.