Cómo se gestó la fórmula ganadora del Servel para el plebiscito
La maquinaria del Servicio Electoral se encendió desde noviembre pasado. Si bien no existía la regulación para un Plebiscito nacional, desde el organismo rápidamente comenzaron a construir las bases institucionales que se vieron reflejadas el 25 de octubre.
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“Las únicas dos instituciones que funcionan en Chile son Bomberos y el Servel”. La frase fue de uno de los casi 8 millones de personas que acudieron a votar durante la jornada del 25 de octubre.
A pesar de la espera, los resguardos sanitarios y el tráfico, la mayoría de los votantes siguió los protocolos, llegó con lo solicitado y aplaudió la organización del Servicio Electoral. Al final de la noche, no solamente la opción Apruebo se coronó como la ganadora, sino que también, sin quererlo, el Servel.
Pero no fue un proceso fácil. A partir del pasado 15 de noviembre del año pasado, el Servicio Electoral tuvo un poco más de un mes para mover los hilos legislativos que le fueron dando forma al plebiscito. Participaron de reuniones, se juntaron con autoridades y recibieron asesoría internacional. “Fue un trabajo muy intenso, sobre todo en la coordinación y en la participación de las comisiones de Gobierno y Constitución de la Cámara y el Senado”, afirma a DF MAS Patricio Santamaría (64), presidente del Consejo Directivo del Servel.
Previo al estallido social, el consejo —conformado además por José Miguel Bulnes (abogado), Juanita Gana (ingeniera civil), Alfredo Joignant (sociólogo) y Andrés Tagle (ingeniero comercial)— estaba preparando el cargado calendario electoral de 2020, sin embargo, el Acuerdo Por la Paz Social y la Nueva Constitución cambió todo.
Durante las negociaciones y la coordinación, el organismo tomó un liderazgo en segundo plano. A cuarenta días de la noche que comenzó con el proceso constituyente, el Servel ya tenía todo preparado. El 24 de diciembre se publicó en el Diario Oficial la modificación al Capítulo XV de la Constitución —donde se incorporaron los artículos 130 hasta el 143— y a los tres días se entregó la esperada fecha: el Plebiscito sería el 26 de abril.
Facilitadores, los grandes ganadores
Como un balde de agua fría describen al interior del Servel la llegada del coronavirus a suelo nacional. Estaba todo listo: papeletas y minutas impresas, el padrón cerrado y el día para el comienzo de la franja.
Durante las primeras semanas de marzo las piezas al interior del edificio emplazado en Esmeralda 611, en pleno Parque Forestal, se movieron con rapidez. A pesar de la incertidumbre, el comentario en los pasillos era uno: la necesidad de correr la fecha de la consulta ciudadana. No había otra opción.
“Fue complejo. De partida buscar bodegas seguras, que nos permitieran tener todo el material a salvo. Hubo que abrir nuevamente los registros electorales, que fue un proceso que nos complicó, pero por otro lado estábamos acostumbrados a asumir desafíos”, confirma Santamaría.
A partir de abril, el Servicio Electoral salió de su zona de confort y comenzó las tratativas sanitarias: tocaron la puerta del ministerio de Salud y establecieron un equipo conjunto. También trabajaron con el Colegio Médico, la Sociedad Chilena de Epidemiología y la Organización Panamericana de Salud. Además, para asegurar una consulta masiva, tuvieron que adquirir los elementos necesarios para los más de 220 mil vocales de mesa y contrataron a 15 mil facilitadores, que se llevaron la mayoría de los aplausos en la jornada electoral.
La idea de los facilitadores, según Santamaría, se fue dando en las conversaciones del consejo directivo, la literatura que los funcionarios del Servicio estudiaron y las reuniones con organizaciones de la sociedad civil. El resultado fue un éxito: tuvieron más de 166 mil postulaciones y la respuesta por parte de los votantes y la autoridad sanitaria fue positiva.
El cerebro del Servel
Elizabeth Cabrera está en el Servel desde 1987.
Es comentario repetido que Elizabeth Cabrera Burgos, actual subdirectora del departamento de Registro, Inscripciones y Acto Electoral, es la que lleva la batuta cuando se trata de elecciones.
Cabrera, abogada de 61 años, es una institución dentro del Servicio Electoral. Es conocida por su bajo perfil, profesionalismo y su capacidad técnica. Es descrita por cercanos como alguien “dura” pero que conoce muy bien las facultades del organismo. El departamento que ella dirige se hace cargo de la inscripción y de la jornada electoral misma, ambos aspectos que fueron celebrados durante la jornada del plebiscito.
Lo que muchos funcionarios rescatan es su experiencia. Cabrera llegó al Servel en 1987, cuando el entonces director del organismo, Juan Ignacio García, la reclutó. La abogada trabajó en la realización del plebiscito de 1988 y para las decenas de elecciones que vinieron después. Desde ese momento ha hecho carrera en la institución.
“Es un personaje muy importante. Aporta experiencia, frialdad cuando las cosas son difíciles, sentido del humor en determinadas circunstancias y sabiduría. Es muy rápida en encontrar soluciones”, comparte Alfredo Joignant, consejero del Servel.
En 2004 ocupó por primera vez la subdirección del Servicio Electoral y llegó, incluso, a ser directora subrogante.
Desde el inicio del proceso constituyente Cabrera también ha tomado un rol protagónico: participó de comisiones en el Senado y lideró diversas reuniones al interior del organismo. “El tema de seguridad no es menor para nosotros. Vamos a realizar procesos demasiado relevantes como para que la seguridad no esté garantizada”, afirmó la abogada el 26 de noviembre en la comisión técnica asesora que buscaba materializar el acuerdo constitucional en un proyecto de ley.
El fichaje sub-35
Álvaro Castañón trabaja en el Servel hace tres años.
Está en todas las reuniones de consejeros y trabaja codo a codo con Patricio Santamaría. El rol que ha tenido durante este último tiempo Álvaro Castañón (33), el secretario abogado de Consejo Directivo, ha sido clave para el Servicio Electoral. Es un nombre que se repite entre los funcionarios a la hora de analizar el buen momento del Servel.
Este abogado, que lleva tres años en la institución, es descrito como alguien que conoce muy bien la ley electoral, organizado y “movido”. También le ha tocado representar a Santamaría en distintas comisiones y reuniones con autoridades.
En 2015 fue nombrado por Michelle Bachelet como integrante del Consejo Asesor Presidencial Contra los Conflictos de Interés, el Tráfico de Influencias y la Corrupción. Fue el más joven del grupo.
Castañón ha sido el puente entre la mesa de consejeros y las distintas organizaciones de la sociedad civil. Su juventud, según Santamaría, fue clave para tender puentes entre el Servel y centros de estudios para idear la estrategia del Plebiscito del 25 de octubre. Según el presidente del organismo, sin esa ayuda la consulta ciudadana no habría tenido el éxito que tuvo.
Chile 21, Instituto Igualdad, la Fundación Iguales y decenas de otras organizaciones ayudaron al Servicio Electoral durante el último año. Y Castañón estuvo detrás de algunas de esas instancias.
La influencia de República Dominicana
Álvaro Castañón en su misión oficial en República Dominicana.
Durante los primeros días de julio, Álvaro Castañón hizo sus maletas y partió al aeropuerto de Santiago. El destino: República Dominicana, el primer país latinoamericano que celebraría unos comicios presidenciales durante la pandemia por Covid-19. Y el resultado fue todo un éxito: de un padrón de 7.529.932 inscritos, 4.163.275 personas acudieron a las urnas, equivalente a una participación del 55,29% de los electores.
Uso obligatorio de mascarilla, aforo limitado, desinfección de manos y distancia social en la fila fueron elementos que República Dominicana implementó y que también se desarrollaron en la consulta local. Castañón recorrió colegios, se juntó con las autoridades de la institución electoral dominicana y llegó a Chile con la maleta llena de estrategias para el 25 de octubre.
Sin embargo, no solo el país caribeño sirvió como caso de estudio. El Servel analizó las experiencias de Singapur, Corea del Sur, Polonia, Israel y Croacia.
“No hay mayores comparaciones con los países asiáticos. Con el nivel de ingresos, el desarrollo tecnológico, la forma que tienen de organizarse. Son idiosincrasias distintas, ni mejores ni peores, pero era poco aplicable a nuestro país. Por eso los procesos electorales tienen que ver con las costumbres, no puede haber un código único”, cuenta Santamaría.
La épica
Patricio Santamaría, presidente del Consejo Directivo del Servel.
En las últimas semanas Patricio Santamaría ha copado las portadas de los diarios y los titulares de los noticieros de televisión.
“En mi vida he tenido todos los roles. Cuando fui militante milité a concho. Cuando me nombraron subsecretario general de Gobierno con el Presidente Lagos supe asumir un rol de gobierno. Y cuando hoy estoy en una institución autónoma creo tener la capacidad de asumir el rol de un personaje de Estado”, asegura Santamaría
El abogado de 64 años, que lidera el Servicio Electoral desde 2013 (luego de la renuncia de Juan Emilio Cheyre), ha sido testigo de los cambios más significativos para la institución: la puesta en marcha del voto voluntario y la aplicación de la autonomía constitucional.
“Mucho se dice que el Servel está capturado por los partidos políticos. Es cierto que todos nosotros venimos de ahí, pero esta fórmula de órgano colectivo colegiado se ha dado de una forma muy virtuosa. Nadie hace tonteras. Podemos discrepar, pero la mayoría de nuestras decisiones son unánimes. Resulta inconcebible que algún consejero se quiera llevar la pelota para la casa”, cuenta Alfredo Joignant, quien es cercano al PS.
Según Santamaría, la clave del éxito que tuvo el Servel se explica por los vocales de mesa, pero también por los mismos trabajadores de la institución: “Los funcionarios tienen conciencia del rol que están jugando. El haber planteado esto como un hito histórico, el haberle dado una épica y no tratarlo como una elección más llevó a que muchas personas se entusiasmaran”.
La batalla pero no la guerra
Ahora, dicen los funcionarios, están concentrados trabajando en el calendario electoral que se avecina.
En tan solo una jornada (la del 11 de abril) los ciudadanos acudirán a las urnas y recibirán cuatro papeletas: de constituyentes, alcaldes, concejales y gobernadores regionales. Esto, según Patricio Santamaría, representa un desafío importante, ya que existen distintos métodos de elección para cada uno.
Es por eso que las autoridades de la institución han manifestado su interés de aplicar cambios para los comicios del próximo año. Por un lado, se evalúa la implementación del voto anticipado, y por otro, la necesidad de establecer urnas móviles para que personas con problemas de movilidad puedan ejercer su derecho a voto.
La discusión de los escaños reservados para los pueblos originarios, el dilema de los independientes y el reglamento para la jornada del 11 de abril son los próximos desafíos que tiene el Servel por delante.
“Nos fue bien el domingo, pero ahora queda lo más difícil”, aseguran del Servicio Electoral.