Rodrigo Benítez ve con inquietud cómo se ha desarrollado el debate tributario, a poco menos de tres meses que se cumpla el plazo establecido por el Ministerio de Hacienda para enviar el proyecto al Congreso.

El socio líder de Tax & Legal de BDO Chile plantea que ha visto un debate centrado en dos posiciones "confrontacionales": "Entre defensores de lo realizado en el gobierno anterior y quienes opinan que existe la necesidad de modernizar un sistema que no funciona adecuadamente".
Para el abogado de la U. de Chile, con posgrado en Georgetown y exfuncionario del SII, el foco debe ser claro: determinar cuál es el sistema más eficiente que requiere Chile y que sea capaz de alcanzar la recaudación necesaria para financiar el gasto público.
- ¿Cómo se logra aquello? No se ve como una tarea fácil.
- Para esto, debería formarse una comisión de expertos entre abogados, auditores, ingenieros y economistas para lograr un sistema tributario para los nuevos tiempos y que sea estable durante muchos años. En este sentido, la experiencia que tuvo el Reino Unido es un buen parámetro, con un trabajo realizado en el que participó un grupo de expertos liderados por el premio Nobel James Mirrlees entre 2010 y 2011, que realizaron propuestas de reforma a un sistema que requería ser modernizado.
Sólo de esta manera se podría obtener un resultado adecuado que le dé al país la estabilidad que requiere.
- ¿Es lo más relevante la modernización del sistema, por sobre el ajuste en las tasas corporativas?
- Son discusiones totalmente separadas. Por una parte está determinar el sistema tributario moderno que requiere Chile para fomentar la inversión, la producción y el empleo.
La discusión de las tasas depende de la necesidad del Presupuesto público y la efectividad que produzca mayor recaudación. Pero las tasas deben mantenerse en niveles razonables, considerando que tasas altas no aseguran una mayor recaudación proporcional. Considerando el efecto estadístico de Laffer, la recaudación no aumenta tanto por el aumento de las tasas, porque pueden producir una disminución de las bases gravadas. De hecho, es lo que estimamos que se está cumpliendo con la anterior reforma.
- ¿Cómo ve que el gobierno haya abierto nuevamente la posibilidad de recortar el impuesto corporativo, en caso de que la situación fiscal mejore?
- Es razonable que se pueda analizar una baja de tasas, en la medida que las metas de recaudacion se vayan logrando, que existan medidas compensatorias, que el propio crecimiento contribuya a una mayor recaudación y que existan ajustes presupuestarios.
En este sentido, constantemente se deben estar evaluando las tasas de impuestos, no así el sistema tributario propiamente tal, que debiera ser estable en el tiempo. No corresponde cerrar este debate en el mediano plazo. Pero más allá de las tasas, lo que puede generar ventajas competitivas es un sistema de tributación eficiente y moderno que le otorgue estabilidad al país y certeza a los inversionistas.
- ¿Qué es lo más urgente de simplificar?
- Se requiere un solo sistema de tributación, de manera que el sistema parcialmente integrado vuelva a ser 100% integrado, eliminando el sistema atribuido. De esta forma se incentivarán los procesos de ahorro e inversión de las empresas, posibilitando el mayor flujo de caja para hacer frente a los gastos mayores en empleo y producción.
Paralelamente debería ampliarse el 14 ter para las medianas empresas hasta 100.000 UF y eliminar el castigo de pagar todos los impuestos por las utilidades retenidas por acogerse al sistema. Lo anterior permitiría que aumenten las empresas que se acojan a este sistema y que aquellos empresarios que tengan un Global Complementario inferior al impuesto a las empresas (hoy del 27%) soliciten la devolución del impuesto pagado por sus compañías, aunque no hayan retirado las utilidades o percibido los dividendos.
También es importante simplificar la gran cantidad de registros tributarios actualmente existentes y de declaraciones juradas que se exigen, y revisar la posibilidad de postergar declaraciones de impuestos, sin que ello afecte la devolución que corresponde, pudiendo ellos declarar antes.
El paradigma argentino
- Respecto a los impuestos digitales, ¿qué modelo debe seguir Hacienda?
- La problemática a resolver es cómo se les cobrará IVA o Impuesto Adicional a estas empresas que prestan servicios utilizando plataformas tecnólogicas. No creo que la fórmula sea crear impuestos especiales que pueden ser discriminatorios y desincentivar el desarrollo de nuevas tecnologías.
La forma más adecuada sería aplicar el modelo de Argentina, que ha resuelto que la administración tributaria primero identifique a las empresas que no tienen domicilio tributario en el país y prestan servicios digitales a través de estas aplicaciones, para elaborar un listado de contribuyentes sujetos a retención. Respecto de este listado, se les impone la obligación y el derecho a los administradores de medios de pago utilizados por los usuarios, como tarjetas de crédito, PayPal u otras, a retener el impuesto. De esta manera, al monto pagado por los usuarios se le descuenta el impuesto en la misma tarjeta de crédito y el remanente se les transfiere a las empresas extranjeras.
En general, estas empresas extranjeras no pagan impuestos en Chile y no cumplen con sus obligaciones tributarias, estando obligadas a hacerlo por desarrollar actividades en el país. Lo ideal sería que se constituyeran en el país, pero si no lo hacen se debe crear un sistema para que paguen los impuestos que correspondan.
- ¿Qué temas deberían incluirse en la reforma y no ve hoy en el debate?
- En primer término, establecer un proceso de conciliación extraordinaria y automática para los juicios acumulados y atrasados en los Tribunales Tributarios (TTA). Al 2017 existían aproximadamente 3.626 causas pendientes, que de acuerdo a una estimación de la Asociación de TTA, ascendería a cobros en discusión equivalentes a más de US$ 12.600 millones. Esta situación pone en riesgo la recaudación, considerando, entre otras cosas, la antigüedad de los casos, que las empresas deudoras pueden no tener recursos para responder después de largos juicios, y que hay juicios a estas alturas que ya están prescritos.
Una conciliación extraordinaria posibilitaría un procedimiento expedito de tramitación, fomentando la opción para los contribuyentes de pagar una parte de estos montos, con un acuerdo que implique hacerse cargo de entre un 20% a un 40% de los impuestos en disputa. Ello aseguraría una recaudación en un año de al menos US$ 2.500 millones, dependiendo de cuántos contribuyentes se acojan a la conciliación.
Además, se debería permitir de manera permanente que los contribuyentes puedan retirar anticipadamente los recursos acumulados en el antiguo FUT, pagando un impuesto especial, sin que para ello se afecten con impuestos las utilidades tributables nuevas. De esta manera se incentivará con una tributación menor el adelantar la recaudación por medio de este impuesto.