Para el timonel del Partido Radical, Ernesto Velasco, el balance de su colectividad, pese a la derrota presidencial sufrida el domingo por Alejandro Guillier, es “extremadamente positivo” y está convencido de que el excandidato “será un aporte a los múltiples liderazgos que tendrá que tener la centroizquierda para reconstruirse”.
Velasco salió a dar la cara ayer, mientras importantes figuras del comando guardaron un inquietante silencio.
- ¿A qué factores atribuye la derrota, que tuvo una amplia diferencia inesperada para todos?
- Sebastián Piñera dio certezas en materia de la reforma educacional, que no va a tener un retroceso y que va a mantener la gratuidad como la impulsó la presidenta Bachelet y que incluso avanzará a un 90% en la educación técnico profesional. Ese es un ejemplo. Piñera dio certezas al electorado vinculado a sectores medios, que tuvo temor en algún minuto, y ahí leyó bien. Fue un verdadero trapecista capaz de cambiar el discurso, leer lo que ocurría y fue eficiente en esa lectura.
- ¿El electorado tradicional de la centroizquierda no sintió confianza en temas como el crecimiento?
- Ahí estamos al debe. En la centroizquierda ha habido mucho complejo en abordar el crecimiento económico con todo el rigor que corresponde.
- Bachelet le entregó la banda a Piñera en su primer gobierno y lo hará ahora, ¿cuál es la responsabilidad que tienen ella y su gobierno en la derrota de Guillier?
- Ella y el gobierno tienen la responsabilidad de hacer una autocrítica de que la lectura que se hizo sobre las reformas fue correcta, pero la implementación fue inadecuada. Porque no puede ser que la base de sustentación del gobierno termine en una derrota política y electoral, en un proceso de diáspora y, lo que es más complejo, por qué fue mala la cosecha de lo que sembró el gobierno.
- En el primer gobierno de Bachelet se produjo un fenómeno similar que dio pie al nacimiento de la Nueva Mayoría, ¿a qué atribuye eso?
- Espero que el gobierno en general haga una autocrítica profunda sobre por qué terminó con su coalición prácticamente dinamitada, con una derrota electoral y temas que eran propios nuestros, Piñera los toma y los transforma en un desafío programático desde la perspectiva de la derecha para dar certezas a ciertos sectores. La autocrítica debe ser de la forma como se implementaron las reformas y sobre todo de la ausencia de un relato y de la capacidad de dar gobernanza y confianza al país. Ahí hay un punto muy relevante, la centroizquierda perdió el monopolio de dar confianza, gobernabilidad y políticas públicas de mayoría.
- ¿Qué tan compleja va a ser la rearticulación del pacto que debe nacer a partir de lo ocurrido y qué tanto debe abarcar?
- Estamos enfrentando el término de un ciclo político y el inicio de otro. Lo que está ocurriendo en la sociedad chilena también tiene factores socio culturales, cómo los sectores medios, los jóvenes, cómo actores sociales emergentes están leyendo lo que otros no han leído, que era la aproximación a las definiciones de carácter programático que tiene que enfrentar Chile a futuro. Tenemos que dar respuesta a eso con un discurso coherente, una propuesta programática, tener unidad, amistad cívica y tener sentido de poder.
- ¿Cuánto influyó que la DC se haya sumado tan tarde?
- El gran problema fue cuando la DC toma la decisión de no ir a primarias dentro de la NM y opta por una candidatura a primera vuelta con una lista parlamentaria propia, eso quebró lo que desde el ’90 en adelante había sido invariable. Ahí estuvo el gran error.
“Guillier hizo lo que pudo en un contexto muy difícil”
- Guillier admitió que uno de los principales factores de la derrota fue que él no tuviera un liderazgo más firme, ¿comparte eso?
- Alejandro Guillier hizo lo que pudo en un contexto muy difícil, en que había desde siempre un grado de sospecha de muchas personas sobre su capacidad para ejercer un liderazgo. Hubo cuestionamientos, expresiones muy descomedidas como cuando se decía que era un demagogo, que no estaba en condiciones, no tenía altura. ¡Para qué estamos con cosas! Todos sabemos que esas expresiones se vertieron desde un sector dela DC y un sector del Laguismo y creo que se pegaron un balazo en los pies.
- ¿Con qué sensación se quedó usted después de la segunda vuelta?
- Que al final la sociedad quiere un cambio social; pero también quiere confianza, seguridad. Que se conjugue gobernabilidad con una política con crecimiento económico que permita avanzar en las reformas.
- ¿Eso no consiguió equilibrarlo Guillier?
- Creo que consiguió equilibrarlo mejor Piñera. Hasta podemos decir que la de Piñera fue una colonización desde el punto de vista cultural, porque tomó las banderas de centroizquierda que estaban en nuestro programa.