José Carlos Prado
El curso favorable del empleo durante el último año no ha logrado traducirse en buenos indicadores para los jóvenes. Su tasa promedio de cesantía aún se empina hasta los dos dígitos, situación que preocupa a las autoridades de gobierno, quienes, claramente, buscan revertir dichas cifras.
En este contexto, la Facultad de Economía de la Universidad Central elaboró una encuesta entre estudiantes de 3° y 4° medio de distintos colegios y liceos de la capital para conocer sus percepciones sobre el mercado laboral. Uno de los resultados más reveladores señala que más de la mitad de los encuestados (53,8%) prefiere emprender un negocio propio más que buscar un empleo. Según Ignacio Larraechea, decano de dicha facultad, tal como lo han señalado otros estudios, en esa edad se valora mucho la autonomía y no se sienten atraídos a ponerse la camiseta de una empresa en particular. Esto, a pesar de que valoran mucho el trabajo.
Al revisar este mismo indicador, pero por tipo de establecimiento se observa una intención mayor de iniciar un emprendimiento propio en los jóvenes de los colegios municipales con 61,4%, lo que baja a 50,3% en los particulares subvencionados y se reduce a menos de la mitad (41,5%) en los particulares. Por nivel, los jóvenes de 3° medio están más dispuestos a seguir este camino, pues en 4° medio se inclinan más por buscar trabajo.
Las diferencias
Estos resultados no implican que este grupo tenga una mala opinión del empleo remunerado, aunque se registran diferencias notorias al revisar con más detalle. De acuerdo a los encuestados, los adultos cercanos a ellos disfrutan de su trabajo (71%), sienten que su salud está resguardada (58%) y que la vida laboral les ha permitido desarrollar conocimientos y habilidades (91%). Sin embargo, se revela una percepción negativa sobre la justicia en el trabajo. La mayoría de los estudiantes cree que el mundo laboral tiene características de desigualdad, donde se explota a los trabajadores (63%) y se les remunera peor de lo que se merecen (76%). El 93% opina que es importante que existan sindicatos que defiendan sus derechos. La mayoría, en todo caso, no intentará ser dirigente.
El mayor grado de pesimismo, agrega Larraechea, existe en los alumnos de 4° medio. Desde su perspectiva, esto sucede por la mayor cercanía con el mundo del trabajo, lo que se refleja en que no trabajarían si tuvieran los medios para poder optar.
Trabajo y estudio
El 73% de los encuestados responden que estudiarán y trabajarán cuando salgan de a enseñanza media. Según señala el informe, pocos sienten poseer los medios económicos para sus futuros estudios, pero creen poder obtener una beca o un préstamo que se los permita (57%).
De acuerdo con el sondeo, los jóvenes están conscientes que la educación superior no es un derecho adquirido y que, por lo tanto, la forma de acceder a ella es a través de su propio esfuerzo de trabajo y con la ayuda económica del Estado o de los privados. Del mismo modo, no sienten que exista una gran presión de sus padres para que tengan éxito en sus estudios ni que la gran meta sea que logren ganar plata, pero lo ven en forma distinta a ellos, sabiendo con certeza lo que desean para ellos y sintiéndose capaces intelectualmente de estudiar lo que quieran (78%).
Finalmente, una de las conclusiones de Larraechea apunta a que los jóvenes no se integren al trabajo inmediatamente después del colegio. Se debe buscar una mayor experiencia para que puedan tener mejores resultados en el futuro. En esto, la formación es muy relevante, concluye.