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La fórmula de las universidades para abrirle la puerta a estudiantes vulnerables

El año 2007 surgió el primer programa que apuntaba a facilitar el ingreso de alumnos de colegios municipales y subvencionados a la universidad, incluidos los técnicos. Hoy, más de 18 instituciones ofrecen estas vías de acceso con foco en equidad. El proceso incluso considera un acompañamiento durante la carrera como un eje clave.

Por: Vicente Cibié y A. Santillán / Gráficos: María C. Arvelo | Publicado: Lunes 20 de junio de 2022 a las 04:00 hrs.
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Encuentro presencial de la Escuela de Desarrollo de Talentos 2022 de la FEN de la Universidad de Chile, una de las 18 casas de estudios que ofrecen opciones para apoyar el ingreso de alumnos de colegios más vulnerables.
Encuentro presencial de la Escuela de Desarrollo de Talentos 2022 de la FEN de la Universidad de Chile, una de las 18 casas de estudios que ofrecen opciones para apoyar el ingreso de alumnos de colegios más vulnerables.

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“Siento que no tengo la misma base que otros compañeros que vienen de mejores colegios, pero creo que lo he logrado porque hay un buen ambiente, uno puede pedir ayuda si la necesita”. Las palabras son de Constanza Meza, estudiante de primer año de Medicina en la Universidad Católica y una de las alumnas egresadas del Programa de Preparación y Exploración Vocacional que ofrece esa institución como una respuesta a la brecha educacional que existe en el país. Cada año, acepta cerca de 1.200 alumnos.

No es una situación nueva, pero que reafirma cada cifra que aparece. Datos del Consejo Nacional de Educación indican que las matrículas en enseñanza superior aumentaron en Las Condes y Vitacura 24,3% y 25,3% respectivamente, en 2021. En Maipú y Puente Alto, en cambio, bajaron 8,6% y 14,6%.

Y un sondeo realizado por Educación 2020 e Ipsos en agosto de 2020 concluyó que mientras a nivel nacional un 76% de los equipos directivos reportó que podía implementar soluciones digitales para la educación a distancia, en el caso de los establecimientos municipales bajó a 66%.

Esta realidad ha llevado a varias universidades a implementar proyectos que buscan mejorar las condiciones de acceso de estudiantes de colegios municipales o subvencionados -incluidos técnicos profesionales- a la enseñanza superior. Estos “programas cazatalentos” ofrecen cursos de preparación para alumnos de cuarto medio -que han destacado por sus notas-, y los capacitan para la prueba de admisión y también para su eventual ingreso a la universidad, tanto en la dimensión académica como social.

“No basta con enseñarles matemáticas y lenguaje si es que no van a ser alumnos que se sepan autorregular, que puedan ser disciplinados con los estudios y que puedan pedir ayuda”, explica Fabián Duarte, profesor de la Escuela de Desarrollo de Talentos (EDT), de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile. Desde 2013, este programa busca desarrollar habilidades que les permitan positivos resultados a estudiantes de tercero y cuarto medio de liceos técnico profesionales.

Foto: Agencia Uno

En el ramo Desarrollo de Talentos les enseñan, por ejemplo, en el primer año cómo organizar el tiempo y técnicas de estudio; y, en el segundo año, se enfatiza la exploración vocacional para terminar con un asesoramiento a las diferentes postulaciones.

“Son estudiantes muy autoexigentes, están muy acostumbrados a tener muy buenos resultados en el colegio, sin requerir de ellos un mayor esfuerzo, porque son talentosos. Entonces, el nivel de exigencia que hay acá hace que tengan que reorganizarse”, señala la psicóloga de la unidad de apoyo psicológico de la iniciativa de la FEN, Patricia Barra, quien comenta que durante el curso tienen que enfrentar varios obstáculos.

Por año ingresan de 70 a 80 alumnos al programa, de los cuales un 95% termina la preparación e ingresa a la educación terciaria y de estos un 80% lo hace a universidades tradicionales.

“Nuestro objetivo no es que entren a la FEN, a veces nuestros alumnos quieren estudiar psicología, sociología, depende de ellos y de ellas y nosotros los apoyamos en lo que sea”, menciona Duarte y agrega sobre los costos económicos del programa que el plan “es caro”, más menos $ 1.300.000 por alumno.

Ante ello, el financiamiento se ha logrado a partir de alianzas con distintas entidades dispuestas a apoyar el proyecto, siendo la Fundación Sura el mayor contribuyente.

Acompañamiento: el rol distintivo

“Yo fui la primera de mi familia en entrar a la U y cumplir el sueño fue muy bonito. El primer día no podía creer que estaba ahí, a veces todavía me cuesta pensar cómo estoy sentada en clases de medicina”, explica Meza sobre su ingreso a la UC, que tiene como lema Te apoyamos desde el ingreso.

Cinthya Castañeda, jefa de comunicación y Promoción de Admisión UC, explica que los alumnos del Programa de Preparación y Exploración Vocacional reciben cursos gratuitos de preuniversitario y un plan de acompañamiento desde la admisión y financiamiento hasta el manejo de la ansiedad. Desde 2021, las postulaciones son a nivel nacional y online.

El siguiente paso es el programa Talento e Inclusión, que consiste en acompañamiento para el alumno universitario con cursos de matemáticas, lenguaje, química, biología y, a partir de este año, física e introducción al lenguaje.

A los alumnos recién ingresados, además, se les asigna un “tutor par”, un alumno de la misma institución que cumple el rol de “hermano/a mayor” para orientar y resolver las dudas sobre la vida universitaria.

Y para quienes son los primeros de su familia en llegar a la educación superior, “se les entrega un acompañamiento más profesional, como una tutoría que vaya monitoreando y guiando el camino del estudiante para completar esta inducción del colegio a la universidad”, menciona Constanza Rodríguez, profesional de Admisión Equidad y Vínculo UC.

Una exalumna del programa es Constanza Levicán, quien egresó del Liceo Carmela Carvajal y el 2012 entró a estudiar a la Escuela de Ingeniería UC. Hoy es la fundadora y gerente general de la startup Suncast, lo que le ha valido ser elegida Mujer Innovadora Corfo 2021.

“Lo que hizo el programa es un esfuerzo multidimensional, con ingreso, seguimiento y el apoyo durante la carrera, lo que es súper relevante”, dice sobre su paso por Talento e Inclusión.

En el caso de la Escuela de Desarrollo de Talentos de la FEN el seguimiento es constante a todos los estudiantes que completaron el programa, sin importar la U a que ingresan. El Programa Egresados se preocupa, entre otras cosas, de ofrecer reforzamiento en materias específicas.

“Alumnos que están en tercer año y les va súper bien y de repente les pasa algo grave y se dispara la probabilidad de deserción. Nosotros no acompañamos por dos años, acompañamos desde dos hasta cinco, seis, siete años, según sea el caso”, comenta Duarte.

Otra vía de contacto con los estudiantes que ingresan a otras universidades es a través de una encuesta anual por correo. Este año, el sondeo – en el que participó un 68% del total-, reveló que de las generaciones de 2013 a 2016 (según el año de ingreso al programa), un 41,75% egresó o está titulado. Si se agregan las generaciones 2017, 2018 y 2019, el promedio de deserción universitaria equivale al 5,7% del total, el resto está estudiando.

Un 20% de los consultados solicitó ayuda al programa, la cual se reparte en apoyo psicológico (50%), en tutorías (23%), técnicas de estudio (19%) y asesoría para los distintos financiamientos (8%).

El pionero

El primer propedéutico, es decir, de preparación o enseñanza, nació en 2007. De la mano de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), el proyecto fue pensado para los estudiantes que “aun siendo los mejores de sus colegios, no tienen posibilidad de llegar a la educación superior, que no van a alcanzar los puntajes necesarios para ingresar”, menciona Lorna Figueroa, directora del Programa Propedéutico Usach-Unesco.

Bautizado como “Nueva esperanza, mejor futuro” por los estudiantes de primer año de la iniciativa, también contempla el acompañamiento como pilar clave.

De hecho, un estudio realizado por la Universidad de Leiden sobre este proyecto reveló que, en su segundo año de universidad, los estudiantes que ingresan a través del propedéutico logran igualar a sus pares que lo hicieron a través de la prueba de admisión.

“Estos alumnos cuando ingresan, empiezan a crecer, porque están adquiriendo los mismos conocimientos que sus compañeros, pero a la vez están adquiriendo esos conocimientos previos que no tenían en la enseñanza media y que este otro grupo sí los tenía”, explica Figueroa.

Desde 2018, son cerca de 700 alumnos de cuarto medio los beneficiados por la Usach, lo que incluye 50 becas de arancel completo por año para aquellos estudiantes con asistencia completa al propedéutico y con mejor ponderación calculada con las notas del colegio y en las evaluaciones del programa.

Tomando como referencia 2008, año de ingreso de los primeros estudiantes, los titulados superan los 200 en las distintas ingenierías civiles, de ejecución, y muchos -precisa Figueroa- han tomado posgrados.

La Universidad Técnica Metropolitana (Utem) es otra de las 19 que posee un plan de este tipo. Surgió en 2014 para ofrecer una vía de admisión especial para alumnos que pertenecen a establecimientos con Índice de Vulnerabilidad Escolar (IVE) y cuentan con un rendimiento académico sobresaliente. Una de las modificaciones que se le hizo a la malla curricular fue incluir en el taller de gestión personal la difusión de los sellos institucionales de la Utem (sustentabilidad, responsabilidad social y tecnología), para que los alumnos se familiaricen con la forma de trabajar de la universidad, las distintas investigaciones en curso y docentes.

Desde su debut el programa suma 768 estudiantes, de los cuales cerca de 60% ingresó a la universidad y, de este porcentaje, un 86% obtuvo la gratuidad.

Pros y contras de la conectividad
digital durante la pandemia

Ante la necesidad de digitalizar los programas en medio de la crisis sanitaria provocada por el Covid-19, surgió un problema en cuanto a cómo garantizar el acceso a los contenidos de los talleres para alumnos que no tenían los medios tecnológicos necesarios. La solución fue que las mismas universidades facilitaron los equipos.
“Nosotros les damos alimentación, los ayudamos con el transporte, computadores, internet. Nos pasó en la pandemia, que eso lo hicimos online. Todos nuestros gastos están cubiertos por nuestro programa”, afirma Duarte.
Para el coordinador del Programa Propedéutico Utem, Cristián Vial, “hay un componente afectivo súper importante que se desarrolla con la presencialidad. Hay mayor reconocimiento de los estudiantes y sus dificultades cuando uno puede verlos presencialmente”.
Eso se compensó con algunas de las virtudes de la nueva modalidad. “Esta conectividad nos permitió un contacto más permanente con los estudiantes; antiguamente los alumnos venían el día sábado a la institución, pero en pandemia teníamos la posibilidad de hacer videoconferencias en cualquier momento de la semana para ir apoyando el proceso y dar un poco de continuidad”.
De hecho, en el caso de la Usach, la plataforma digital les permitió incorporar un colegio de Isla de Pascua.

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