"El cambio climático requiere que los líderes empresariales vayan más allá"

Las empresas pueden tener un rol clave en la adopción de una economía verde, explica el diplomático inglés. Especialmente cuando saben más de riesgos que los gobiernos.

Por: | Publicado: Jueves 16 de septiembre de 2010 a las 05:00 hrs.
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Marta Lillo B.



John Ashton, consejero especial en Cambio Climático del Reino Unido, quedó sorprendido en su última visita a Sudamérica en abril de 2008, al ser testigo del proceso de deglaciación de los nevados de Huaraz, Perú. A fines de septiembre vuelve a visitar la región, esta vez con una parada en Chile, para reunirse con las autoridades de la nueva institucionalidad ambiental y comentar el estado de avance de las negociaciones que buscan que se combata este fenómeno ambiental de forma coordinada entre desarrollados y emergentes.

Ashton lleva en el tema cerca de 15 años, pero su última visita a Sudamérica es un triste recordatorio de por qué dirige al equipo negociador inglés en las reuniones sobre políticas de lucha contra este fenómeno ambiental bajo Naciones Unidas. "Me dejó todavía más clara la forma en que las decisiones que tomamos en nuestras economías, tienen grandes implicancias para otros países", sostiene desde Londres.

La postura mundial es que las altas temperaturas del planeta serían consecuencia de la emisión exagerada de gases efecto invernadero (GEI) a la atmósfera a partir de la Revolución Industrial, y que hoy son el centro de todo el debate sobre cómo controlar una de sus principales secuelas, el calentamiento global.

Tal y como el efecto mariposa, lo que un gobierno a un lado del globo haga o deje de hacer en la adopción de políticas de crecimiento y desarrollo sustentables con el medio ambiente, repercutirá en el otro lado.

"Por eso países como Chile deben iniciar debates políticos para generar un interés mayor en temas de cambio climático. Tomar decisiones rápidas de aplicación de capital en economía de bajo carbono. Tienen la facilidad de cambiar su rumbo económico de forma más rápida. Por eso hay que profundizar el diálogo regional", insiste.

El gobierno de Gran Bretaña ha estado apoyando algunas de las iniciativas más importantes en materia de cambio climático en Latinoamérica y Chile, desde el informe de Cepal sobre el cálculo del impacto económico de este fenómeno al día de hoy, hasta la creación de un capítulo chileno del Corporate Leaders Group, alianza de las mayores empresas del mundo para apoyar las políticas de lucha.

El rol que las empresas jueguen en este escenario es clave, precisa Ashton. "No se trata de hacer lobby; es un emprendimiento conjunto. El cambio climático requiere que los líderes empresariales vayan más allá y que los gobiernos escuchen al sector privado. En especial, porque las cadena de producción y suministro, que son la base de toda economía, se están complicando por impactos ambientales".

En especial, cuando las empresas saben más de riesgos que un gobierno. "Los negocios entienden mejor el riesgo que los gobiernos, conocen de retornos sobre inversión a largo plazo", añade. Sin embargo, ningún gobierno no ha incorporado a consejos empresariales en los equipos negociadores de políticas de cambio climático que llevan reuniéndose hace doce años. Ashton explica que "sería difícil que sean partes legales en las negociaciones, porque están son en sí políticas. Su participación dependerá del grado en que los líderes empresariales inviertan interés en estas conversaciones".



Maletas a México

Ashton reconoce con pesar que el fracaso de la cumbre de cambio climático de Copenhague en diciembre del año pasado, que se suponía fijaría los parámetros a seguir a nivel mundial para amortiguar el avance del calentamiento global, se debió en parte a las distintas realidades de desarrollo de los países negociadores.

Las diferencias políticas entre economías desarrolladas y emergentes impidieron que hubiera un protocolo legalmente vinculante que sancionaría a aquellas naciones que no hicieran lo suficiente por reducir y mitigar los efectos del cambio climático.

Ahora el mundo se prepara para una nueva cumbre, esta vez en Cancún, México, en diciembre próximo. Ashton explica que los países negociadores acudirán a la cita con varias cicatrices, pero también lecciones aprendidas. "Aquí el tema central no es lo que suceda en cada negociación de cambio climático, porque éstas son un medio para un fin. Lo que tenemos que lograr es un cambio lo más rápido posible del flujo de capital a mercados de bajas emisiones de carbono y a economías sustentables", insiste. "Estamos en un momento muy sensible, y Cancún ocurrirá en un momento muy delicado. Todavía es muy temprano para decir qué va a pasar, la gente sigue asimilando Copenhague. Fue un tremendo fracaso y retroceso estratégico".

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