El Sueño de Gerontius: gran poema de Newman

Por: | Publicado: Viernes 4 de febrero de 2011 a las 05:00 hrs.
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Por Fernando Martínez Guzmán*

Sir Edward Elgar es el primer compositor británico moderno cuyas obras corales y orquestales adquirieron fama internacional. Elgar nació el 2 de junio de 1857, cerca de Worcester, y es una de las figuras de la última etapa del movimiento romántico europeo. C

ompositor y director de orquesta

genuinamente inglés, vivió en el mundo imperial y nacionalista de la Inglaterra Victoriana y Eduardiana. En su juventud desempeñó varios cargos relacionados con la música antes de suceder a su padre como organista en la Iglesia Católica Romana de Saint Georges, en 1885. En 1889 se casó y renunció a su cargo para dedicarse por entero a la composición. El estreno de su obertura

Froissart

en 1890 le otorgó popularidad, aunque su talento no fue reconocido hasta 1899, año en que el director húngaro Hans Richter interpretara en Londres las

Variaciones Enigma

, una de las composiciones más admiradas de Elgar, conocida porque el tema central nunca se expone con claridad.



En la época de Elgar, las obras corales dramáticas de grandes dimensiones eran una ambición de los compositores británicos (al igual como las óperas en Italia y las sinfonías en Alemania). Elgar escribió media docena de ellas y aunque éstas son demasiado extensas, contienen sus mejores páginas. Sus

composiciones revelan la influencia de Richard Wagner y Johannes Brahms y se caracterizan por su gran belleza lírica. Compuso las cantatas

The Black Knight

(1893) y

Caractacus

(1898); los oratorios

The Apostles

(1903) y

The Kingdom

(1906); un

Concierto para violín en si menor, opus 61

(1910); un

Concierto para violoncello en mi menor, opus 85

(1919), que durante los últimos años se ha convertido en su obra más famosa, además de

Cinco Marchas de Pompa y Circunstancia

(1901-1907, 1930). De su producción orquestal, destaca la

Obertura Cockaigne

(1902); el estudio sinfónico

Falstaff

(1913) y dos

Sinfonías

, una en la bemol mayor (1908), con la que su prestigio se hizo internacional y la otra en mi bemol mayor (1911). Elgar murió un 23 de febrero de 1934 en Worcester, mientras trabajaba en su

Sinfonía Nº 3

y en la ópera

The Spanish Lady

.

El 3 de octubre de

1900

, en el Festival de Música de Birmingham, se estrenó

El sueño de

Gerontius

,

considerada la obra maestra de

Sir Edward Elgar y una de las obras corales más importantes del repertorio clásico universal.

E

l sueño de Gerontius

, Opus 38, obra conocida también como

Gerontius

, se basa en el poema escrito por John Henry Newman. El estreno no tuvo un buen desempeño, pero más tarde en Alemania, la obra reveló su verdadero valor y dimensión.

El poema

El Cardenal John Henry Newman (1801-1890), poeta místico, es el autor del texto en el que Elgar basó su obra. Newman escribió el texto de Gerontius a los sesenta años de edad, siendo ya sacerdote católico, una década antes de que León XIII lo hiciese cardenal. El poema de Newman narra la historia del viaje de un alma hacia la muerte y ofrece una meditación poética de horizonte escatológico en torno de la teología católica del Purgatorio. Gerontius, nombre derivado de la palabra griega

geron

(hombre viejo), es un devoto hombre común que está en su lecho de muerte. El texto relata su paso de este mundo lleno de sombras al mundo invisible de la eternidad, antes de enfrentar el juicio delante de Dios. Se le considera un cántico al Purgatorio, donde el alma ya salvada e invadida de paz, es purificada para poder ser capaz del gozo infinito de los santos, únicos capaces de ver la faz de Dios.



La visión de

Gerontius

es también una meditación sobre la inmortalidad del alma, expresada de un modo pausado y reflexivo, con momentos musicalmente exquisitos; así por ejemplo, cuando oímos la interpretación de

Angel Farewell

, interpretado por los solistas y el coro.



La obra musical

E

l sueño de Gerontius

, Opus 38, está escrito para voces y orquesta, en dos partes. Los roles principales son:

Gerontius, El Alma de Gerontius, El Ángel, El Sacerdote, El Ángel de la Agonía

, Coro y Orquesta.

La obra de Elgar utiliza la mayor parte del texto de la primera parte del poema de Newman, que ocurre en la Tierra, pero omite muchas de las secciones más meditativas de la segunda parte en el otro mundo, bastante más larga, estrechando así el flujo narrativo.En la primera parte, escuchamos a

Gerontius

como un hombre de fe moribundo, sucesivamente temeroso y esperanzado, pero siempre confiado. Un grupo de amigos (también llamados

ayudantes

en el texto) se une a él en la oración y meditación. Fallece en paz, y un sacerdote, junto a los ayudantes, lo envía hacia su camino con una despedida. En la segunda parte,

Gerontius

, ahora llamado

El Alma

, se despierta en un lugar aparentemente sin espacio ni tiempo, y se da cuenta de la presencia de su ángel de la guarda, que expresa su alegría por la culminación de su tarea (Newman concibió

El Ángel

de sexo masculino, pero Elgar le asignó el rol a una cantante). Después de un largo diálogo, viajan hacia el trono del juicio.

Pasan sin dificultad ante un grupo de demonios y van al encuentro de coros de ángeles, que alaban eternamente Dios por su gracia y perdón.

El Ángel de la Agonía

aboga ante Jesús por el perdón de las almas de los fieles. Por último,

Gerontius

vislumbra a Dios y es juzgado en un solo momento. El Ángel de la Guarda baja a

Gerontius

al lago tranquilizador del Purgatorio, con una bendición final y la promesa de un nuevo despertar a la gloria.

La fuerza interpretativa

La obra exige una gran orquesta de proporción típica del último período romántico, doble coro con Semi-coro y, por lo general, tres solistas.

Gerontius

es interpretado por un tenor, y

El Ángel

por una mezzo-soprano. El papel del

Sacerdote

está escrito para barítono, mientras que

El Ángel de la Agonía

es más adecuado para un bajo. Dado que ambos papeles son cortos, suelen ser cantados por el mismo intérprete, aunque en algunas presentaciones ambos roles se asignan a diferentes cantantes.

El coro interpreta varios papeles: ayudantes y amigos, demonios, Angélicas (sólo mujeres) y ángeles, así como almas del Purgatorio. Se emplea en diferentes momentos como coro único en cuatro partes, como coro doble en ocho partes o de manera antifonal. El Semi-coro se utiliza para música de textura más ligera y generalmente es interpretado por unos pocos miembros del coro principal; sin embargo, Elgar mismo prefería que el Semi-coro se situara cerca de la parte delantera del escenario.

La instrumentación requerida se compone de dos flautas (doble picola), dos oboes y corno inglés, dos clarinetes en

la

y clarinete bajo, dos fagots y contrafagot, cuatro cuernos, tres trompetas, tres trombones, tuba, timbales y tres partes de percusión, arpa, órgano y cuerdas. Elgar requirió un arpa adicional en lo posible, además de otras tres trompetas (y cualquier número disponible de percusionistas) para reforzar el clímax en la Parte II, justo antes de la visión de Dios por parte de

Gerontius

.



El sueño de Gerontius

es una obra maestra, en la cual por primera vez en la música coral inglesa la orquesta es tratada con la misma expresividad que las voces.

La música,

escrita de forma unitaria, refleja una gran flexibilidad armónica y un fluido cromatismo, combinando momentos grandiosos con otros meditativos. En palabras del propio Elgar,

hay música en el aire y lo único que tienes que hacer es tomar tanto como necesites.

La forma musical

Cada una de las dos partes se divide en distintas secciones, pero se diferencia del oratorio tradicional en que la música continúa sin pausas importantes. Elgar no llamó oratorio a la obra y rechazaba que otras personas utilizaran el término para ello. La Parte I dura aproximadamente 35 minutos y la Parte II, aproximadamente 60 minutos.

Parte I

La obra comienza con un preludio orquestal, que presenta los motivos más importantes. En un análisis detallado, el amigo y editor de Elgar, August Jaeger identificó y puso nombre a estos temas, de acuerdo con sus funciones en la obra.



Gerontius

canta una oración, sabiendo que su vida lo abandona y dando voz a su temor, y pide a sus amigos que recen con él. Durante gran parte de la música del solista, Elgar escribe en un estilo que alterna entre exactamente anotado, recitativo totalmente acompañado y frases en estilo arioso, ligeramente acompañado. El coro añade textos piadosos escritos en fuga de cuatro partes. La siguiente alocución de

Gerontius

es un aria en gran escala de Sanctus fortis, un credo largo que finalmente vuelve a las expresiones de dolor y miedo. Una vez más, en una combinación de coro convencional y recitativo, los amigos interceden por él.

Gerontius

, en paz, se rinde y el sacerdote recita la bendición ¡Ve a tu viaje, alma cristiana! (Traducción de la letanía

Ordo Commendationis Animae

). Esto lleva a un largo coro para las fuerzas combinadas, que pone fin a la Parte I.

Parte II

En un cambio total de estado de ánimo, la Parte II comienza con una simple frase de cuatro notas para las violas, que introduce un tema suave, balanceante, para las cuerdas. Esta sección está en compás ternario, al igual que bastante de la segunda parte. La música del Alma expresa asombro ante su nuevo entorno, y luego se oye al Ángel que expresa una tranquila alegría por la culminación de su tarea. Ambos conversan en un extenso dúo, combinando nuevamente recitativos con secciones puramente cantadas. En forma creciente, una música con mucho movimiento anuncia la aparición de los demonios: ángeles caídos que expresan intenso desprecio por los hombres, simples mortales por quienes fueron suplantados. Al principio, los hombres del coro cantan frases cortas en estrecha armonía, pero a medida que su ira se hace más intensa, la música cambia a una fuga bulliciosa, interrumpida por gritos de risa burlona.



Gerontius

no puede ver a los demonios y pregunta si pronto verá a su Dios. En un recitativo apenas acompañado que recuerda la apertura misma de la obra, el Ángel le advierte que la experiencia va a ser casi insoportable y, en términos velados, describe los estigmas de San Francisco. Se escuchan ángeles que ofrecen alabanzas una y otra vez. La intensidad va creciendo poco a poco y, finalmente, el coro completo da voz a un arreglo de la sección que comienza con

Alabad al Santísimo en las Alturas

. Luego de un breve pasaje orquestal, el Alma oye los ecos de los amigos que dejó en la tierra, que siguen orando por él. Se encuentra con el

Ángel de la Agonía

, cuya intercesión fue compuesta como un aria apasionada para el bajo. El Ángel del Alma, sabiendo que ha llegado el momento tan esperado, canta un Aleluya.



El Alma

va ahora ante Dios y, en una enorme explosión orquestal, es juzgada en un instante. En este punto de la partitura, Elgar indica por un momento, cada instrumento debe ejercer toda su fuerza. Esto no aparecía en el diseño original de Elgar, sino que fue insertado ante la insistencia de Jaeger y permanece como testimonio de la positiva influencia musical de su importante amistad con Elgar. En un aria de angustia, el

Alma

suplica entonces ser llevada. Un coro de almas canta las primeras líneas del Salmo 90 (Señor, tú has sido nuestro refugio) y, por fin,

Gerontius

se une a ellas en el Purgatorio. La última sección combina al

Ángel

, al

Coro

y al

Semi-coro

en una prolongada canción de despedida, y la obra termina con amenes superpuestos.





La dedicatoria

Elgar siguió la práctica de

Johann Sebastian Bach

al dedicar su obra

A la mayor gloria de Dios

, AMDG (

a

d maiorem Dei gloriam

ó AMDG

), junto a una frase del poeta Virgilio y una cita de

John Ruskin

de su obra

Sésamo y lirios

. El director de orquesta Richter también autografió una copia de la partitura con la siguiente inscripción:

Podremos olvidar al Coro o a los personajes, pero jamás podremos olvidar las alas de su genio tan original

.



E

l sueño de Gerontius

representa la ancianidad y la proximidad a la muerte, que conscientemente sentía John Henry Newman al momento de escribir su poema, un documento de valor poético y teológico, y además, un testimonio estremecedor de un hombre que empieza a vislumbrar su enfrentamiento con el destino de su alma. Como asceta, Newman debe haber tenido presente esto durante toda su vida, pues no hay que olvidar que él no escribió

Gerontius

en forma inmediata, sino cuando había alcanzado la completa madurez, con la intuición más cercana de su mortalidad, y revelándonos así que

Gerontius

no era otro que el propio Newman. El tema de

Gerontius

está relacionado con la muerte, El tema de Gerontius es la muerte, pero desde una perspectiva religiosa, no como una aniquilación sino como un tránsito hacia otro estado:

Gerontius

, protagonista en la Parte I, es suplantado por

El Alma de Gerontius

en la Parte II. Así, el poema de Newman es un auténtico monumento a la esperanza, profundamente internalizado y maravillosamente musicalizado por el genio de Sir Edward Elgar.

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