Varios inversionistas estaban esperando el debut de Gastronomía & Negocios (G&N) en la Bolsa de Santiago. No obstante, sus dueños -Ricardo Duch y Óscar Fuenzalida- optaron por negociar la venta de la compañía, que opera las cadenas Doggis, Juan Maestro, Bob’s, Mamut, Popeye´s y Tommy Beans. La misma opción tomaron los dueños de la marca de ropa outdoor Lippi (Rafael Vielva y Rafael Cvjerkovic) y el fundador de la cadena Big John (Juan Pablo Correa).
La última apertura a bolsa en el país fue en marzo de 2013, cuando la empresa constructora Moller & Pérez-Cotapos recaudó US$ 92 millones.
Más aún, el mercado de salidas a bolsa perdió a fines del año pasado a Lipigas, que decidió cancelar su Oferta Pública Inicial (OPI) luego de que las ofertas de los inversionistas no superaron el precio mínimo fijado.
En el mercado destacan que es habitual que las empresas evalúen simultáneamente debutar en bolsa y venderse, una fórmula conocida como dual track, pero las ventas directas de compañías impactan aún más los resultados de las corredoras, que han visto una fuerte baja en sus comisiones ante el lento despegue de la bolsa.
Pero tanto en Chile como en mercados como el estadounidense, las compañías están optando por venderse y no listarse en bolsa.
En lo que va del año, 55 empresas han debutado en las bolsas de Estados Unidos frente a 121 que lo hicieron en igual período del año pasado y 180 de 2014, según Dealogic. Este año, las OPI en Estados Unidos han recaudado US$11.600 millones, 51% menos que el año pasado y 70% menos que en 2014.
¿Las razones?
Jose Antonio Díaz, gerente de Inversiones en Banchile Corredores de Bolsa, destaca que el mercado local no permite una gran cantidad de OPI. A esto suma que actualmente el mercado no es muy atractivo para una apertura, y que de concretarse, esto conlleva mantener ciertas obligaciones respecto a la información que se entrega a los inversionistas.
Analistas señalan que hoy, y tras la reforma tributaria, las condiciones impositivas son menos atractivas para los inversionistas en acciones, por lo que eso podría afectar el posible interés del mercado en participar de la operación.
“Lo que se está viendo es que accionistas controladores han ido bajando sus participaciones”, destaca.
Es el caso de Guillermo Harding, que optó por vender el 60% de Socofar (matriz de Cruz Verde) al grupo mexicano Femsa, en una operación valorada en US$ 1.000 millones. Lo mismo hicieron, pero en bastante menor medida, Horst Paulman (Cencosud) y la familia Del Río (Falabella).
Otra razón que se menciona en el mercado ante la falta de OPI es que muchas empresas de private equity están buscando con premura salir de inversiones más antiguas.
Expertos plantean que puede tomar varios años para una firma de private equity vender su participación en una empresa después de que esta haya debutado en bolsa, mientras que una venta directa ofrece una alternativa con menos riesgos y en menor tiempo.
Pare este año, se espera la apertura de SMU, el holding supermercadista ligado al grupo Saieh. La matriz de la cadena Unimarc espera concretar el IPO antes de fin de año, aunque han reconocido que podría ser a mediados de 2017. No obstante, conocedores de las tratativas plantean que antes de un debut bursátil, la empresa podría sumar un socio con espaldas. Según han dicho desde SMU, la idea es recaudar al menos US$ 300 millones con una apertura bursátil, para prepagar deuda, por lo que un inversionista debería desembolsar al menos esa cifra.
Agrosuper, la eterna candidata a OPI: clasificadoras mejoran sus perspectivas
Fitch elevó la clasificación de Agrosuper, apuntando al "fortalecimiento sostenido" de la estructura de capital de la compañía gracias a "su sólida" capacidad de generación de caja. Por su parte, en un reporte de agosto de Feller Rate, la clasificadora dijo que la clasificación en "AA-" para la solvencia y los bonos de Agrosuper responde a un perfil de negocio "satisfactorio" y una posición financiera "sólida".
La compañía controlada por Gonzalo Vial ha sido por años una candidata a una Oferta Pública Inicial, pero todo ha quedado en nada.
En 2015, los ingresos de la firma alcanzaron los $ 1,5 billones, registrando un incremento del 1,3% respecto de diciembre de 2014, crecimiento por debajo de lo exhibido en los últimos años.
Según Fitch, para 2016 y 2017 se estima que las inversiones en cápex estén en torno a $ 100 mil millones por año, enfocadas en mejoras productivas y ambientales. "Los factores principales de riesgo provienen de la volatilidad que pueda registrar la oferta, relacionados a riesgos inherentes a la producción animal tales como enfermedades o problemas sanitarios", dijo la clasificadora.