Las motos se han ido ganando un espacio en el país, pero los autos siguen dominando las calles. Para tener una idea: por cada motocicleta que se vende en Chile se comercializan más de seis autos nuevos.
Para este año se prevé la comercialización de 43 mil motos; mientras, la industria automotriz proyecta la venta de entre 270 mil y 280 mil vehículos livianos.
Ambas industrias se han visto fuertemente afectadas debido a la desaceleración económica. Muchos chilenos han preferido postergar la compra de un vehículo a la espera de una mejora económica del país.
Pese a esto, las cifras de la industria de las motos han mejorado considerablemente.
En Chile hay alrededor de 10 motos por cada mil habitantes, frente a las 1,7 unidades por cada mil habitantes que había en el año 2000. Pero el país está lejos de las cifras que muestran países desarrollados: 107 motocicletas por cada mil habitantes en el caso de Italia. De ahí el potencial que tiene el mercado nacional.
No obstante, la industria va a la baja. El 2015 cerró el año con más de 50.000 unidades vendidas, y para 2016 se proyectan las ya mencionadas 43 mil motocicletas más; cifra que si bien representa una baja porcentual en el número de unidades nuevas en el mercado, esto se ajusta a las condiciones actuales de la economía mundial y nacional.
Durante el primer trimestre de 2016 se vendieron 10.430 unidades, un 12% menos que en el periodo anterior (11.800 unidades) y dentro de esta cifra, sigue siendo el segmento calle y trabajo el que más se vende, representando un 66% del total de las ventas del año.
Los beneficios
La Asociación Nacional de Importadores de Motocicletas (ANIM) representa directamente a 10 empresas importadoras que constituyen el 65% de las unidades vendidas por año. El gremio ha liderado una campaña para elevar el uso de las motos en el país. Y su bandera de lucha ha sido el beneficio de la moto, tanto desde la parte ambiental como de reducción de la congestión.
“No enfrentar el crecimiento del parque de motos en chile y excluirlas de las políticas de los ministerios de Medioambiente y de Transportes -necesarias para la implementación de una dotación adecuada de infraestructura de seguridad vial-, es tapar el sol con un dedo”, plantean desde la ANIM.
La asociación destaca que el aporte de la motocicleta en la contaminacion es insignificante, y así lo avalan estudios oficiales de emisión de gases contaminantes, en los que se explicita que el aporte de NOx de las motocicletas a la contaminación es nulo. Razón por la cual en años anteriores nunca han tenido restricción.
“En ANIM sostenemos que la restricción que se plantea se contradice con el “impuesto verde”, que desde 2015 afecta a todos los vehículos livianos y excluye a las motocicletas”, ha dicho Constanza Mujica, directora ejecutiva de ANIM.
Según los datos que se manejan públicamente, las motocicletas aportan a la contaminación ambiental sustancialmente menos que otros vehículos, solo por el hecho de poseer 2 ruedas.
