A más de US$ 100 millones ascendería el monto de “deuda vencida” que algunos de los proveedores de SMU acusan contra la supermercadista. Según precisaron en esa industria son muchos los pequeños y medianos proveedores que tienen relaciones comerciales con la compañía, y que estarían preocupados por las consecuencias que les traerá el atraso en estos pagos. Además, indican que la empresa hace cuatro meses viene dando como explicación supuestos “problemas administrativos”, los cuales les han impedido cumplir con la totalidad de sus obligaciones.
La Asociación Gremial de Industrias Proveedoras (AGIP), que reúne a 32 grandes firmas, confirmó que sus empresas asociadas tienen el mismo problema, “razón por la cual han realizado todos los contactos correspondientes con directores y ejecutivos de la cadena con el objeto de destrabar esta situación, la que a esta fecha, no está resuelta”, señalaron tras ser consultados.
En tanto, en la cadena controlada por el empresario Alvaro Saieh respondieron que esta acusación “carece de todo fundamento”. Matías Holzapfel, vicepresidente de administración y finanzas de SMU indicó que la cadena “tiene una política de pago semanal a proveedores, producto de la cual la rotación de pago en la actualidad es la más baja de la industria de supermercados en Chile. SMU compra mercadería y servicios por aproximadamente US$ 320 millones mensuales o equivalentemente
US$ 80 millones semanales. Por lo anterior, US$ 100 millones representan algo menos de 10 días de compra, un ritmo de pago que está dentro de los parámetros normales que se manejan en la industria de retail”.
A su juicio, esto se trata de una discusión comercial con “algunos proveedores, algo normal en la industria. Nuestro propósito es darle un trato justo a todos los proveedores, grandes, medianos y pequeños, eso debe ser aceptado por todos”. Agregó que están en permanente comunicación con los proveedores a lo largo de todo el país, “tanto aquellos miembros de la AGIP, que reúne a solo un pequeño grupo de asociados, principalmente empresas internacionales de gran tamaño, como del resto de los cerca de 4.000 proveedores que actualmente trabajan con la compañía”.
Aumento de capital
Por otra parte, el holding SMU, liderado por Pilar Dañobeitia, contrató hace poco al fondo de inversión Santander Global & Banking Market (Santander GBM) para realizar el próximo aumento de capital que estarían realizando los actuales accionistas de la compañía.
Según cercanos a la supermercadista aún no habría una fórmula definida; sin embargo, una de las alternativas que se está barajando es que un nuevo inversionista ingrese a través de un nuevo aumento de capital que sería por unos US$ 200 millones, y que se pretende concretar antes del cierre de este año. Junto con ello, precisa un conocedor de este proceso, existiría cierto consenso entre los accionistas de que este socio sea un fondo de inversión. No obstante, la propuesta definitiva está en manos de Santander GBM.
Fuentes de la compañía confirmaron que la decisión de los accionistas de SMU de realizar esta operación no está relacionada a problemas de liquidez, sin embargo, señalaron que es indudable que el ingreso de capital fresco mejorará los actuales indicadores de la empresa (ver recuadro).
Las restricciones de la cadena
Al primer trimestre de este año SMU registró una pérdida de US$ 38,3 millones, cifra superior a los US$ 21 millones de igual fecha del ejercicio anterior. Cabe señalar que la compañía explicó que al eliminar "los impactos no recurrentes" el resultado neto sería equivalente en ambos trimestres. La cadena tiene además una serie de restricciones que le dan menos margen de maniobra. Uno de ellos es mantener una cobertura de gastos financieros netos mayor o igual a 1,25 veces. A esa fecha, dicho ratio estaba en 1,26 veces.
Otro es que la relación pasivos financieros netos sobre patrimonio debe ser menor o igual a 1,3 veces. A marzo se ubicaba en 1,26 veces. En tanto, su razón ácida está en 0,27, lo que demostraría que está en peligro de cesación de pagos. Lo positivo de ese período es que su rotación de inventarios estaba en 47,5 días, lapso inferior a los 58,1 días de marzo de 2011.