Hoy se realizará la audiencia de otra arista vinculada al denominado Caso Penta. Se trata de la demanda que entabló Hugo Bravo por despido injustificado en contra del holding, donde además pidió una indemnización estimada en $ 2.300 millones por daño moral.
Según detalló su abogado en esta causa, Anderson Weldt, el grupo "violentó e infringió" ciertos derechos que la Constitución confiere de forma especial. "La carta de despido es muy abstracta. Dice que supuestamente habría incumplido ciertas instrucciones que le dieron personas y los controladores por haber contratado gente de mala reputación, pero no dice quiénes, ni cuándo (...) además, no hay una vinculación a una infracción contractual específica", agrega.
La defensa también argumenta que Bravo fue "engañado" por sus amigos y el abogado Alfredo Alcaíno, quien también era su asesor legal personal.
-¿Tiene que ver el despido por la información que manejaba del Caso Penta?
-El que no haya hecho la carta de despido adecuadamente es la mejor demostración de que lo quisieron engañar.
-¿De qué manera fue engañado, según su defendido?
-En una reunión del 28 de julio, donde estaban Délano, Lavín, (Alfredo) Alcaíno y Bravo, este último al enfrentar un shock emocional bastante fuerte, no estaba en condiciones de leer lo que se le presentó y le preguntó a su amigo Alfredo Alcaíno qué eran esos documentos, quien le aconsejó firmar, por lo que creyó y firmó sin leer, confiando en su abogado, que también representaba a Penta.
-Usted cree que lo trataron de inculpar...
-Sí, absolutamente. Hay que analizar ciertos momentos: Al despedir a Bravo, le atribuyen ciertos hechos en abstracto en la carta que no se sabe qué son; luego Bravo se ve solo... se vio sometido a esta martingala que generaron (...) y la situación más concreta es lo que habría declarado Lavín en la querella de las amenazas, el 12 de noviembre, donde dice que la persona que generó toda la estructura, problema y situación ilegal es Hugo Bravo y en la declaración de la semana pasada, ellos reconocen situaciones irregulares.
Entonces, es más fácil declarar cuando se conoce la investigación que cuando no se conoce, como lo hizo Hugo Bravo en cinco oportunidades, y no como Délano y Lavín que lo hacen cuando conocen el contenido y, luego estructuran una narración para dársela a la fiscalía.
-¿Hugo Bravo reconoce participación alguna?
-Bravo reconoce su situación dentro del caso FUT, pero el Caso FUT no es Hugo Bravo, sino que otras 122 personas más, pero eso no tiene nada que ver con el Caso Penta y las situaciones de pago extrañas al interior del grupo.
Hugo Bravo no tenía participación de nada, más que cumplir las órdenes.
-¿En esta arista, han visto la opción de llegar a acuerdo?
-La jueza dijo que para ella era muy difícil hacer un llamado a conciliación, porque todo estaba muy discutido, entonces dijo que para cumplir con el requisito legal puso una conciliación de
$ 100 millones, pero nosotros como demandantes no nos pronunciamos (...) pero queda claro que ni Lavín, ni Délano y Bravo están peleando por plata.
-¿Qué buscan entonces?
-Que se le reconozca que él no tiene nada que ver con el Caso Penta ni la arista política (...). Segundo, que ese reconocimiento pase porque Délano y Lavín le otorguen disculpas públicas porque la imagen de Bravo se podría limpiar, en alguna medida, aunque no todo.
-Pero ¿se abren a la posibilidad de conciliar?
-Existe la posibilidad, pero Bravo dice que no le interesa el dinero, prefiere que ellos dos se disculpen, y de ahí poder conversar un acuerdo. Creo que será muy difícil que lleguemos a un arreglo, porque lo que él necesita es lavar su imagen.
Indemnización
El abogado de la arista legal agrega que "aunque el objeto de este juicio es más que el dinero", pedirán igual la indemnización. "Se pedirá igual", señala, pues "también tiene el derecho legítimo a que se le paguen las indemnizaciones. Ellos sostienen que Bravo habría renunciado, pero lo curioso es que si esa renuncia existiera, no habría juicio, porque la cláusula novena del contrato de trabajo de Bravo es que si él renuncia, se pagan todas las indemnizaciones sin tope de años ni remuneraciones. Esto demuestra que el despido es un acto de engaño, un subterfugio, una acción que tiende a perjudicar los derechos del trabajador. Pero ellos no quieren pagarle", sentencia.