La
Corporación Nacional
del Cobre (Codelco) ingresó hoy al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) una
Declaración de Impacto Ambiental (DIA) por el proyecto Mina Chuquicamata
Subterránea.
Con una inversión estimada para la ejecución que asciende a
US$ 1.900 millones, el proyecto consiste básicamente en un cambio del método de
extracción del yacimiento Chuquicamata, desde rajo abierto a explotación
subterránea, manteniendo en su escenario base el tratamiento metalúrgico de los
minerales en la
Planta Concentradora de Chuquicamata, tal como se realiza en
la actualidad.
El cambio de método de explotación se justifica por el
término –hacia fines de la presente década- de la vida económica del rajo
abierto, producto de la disminución natural de las leyes medias de cobre, el
aumento de las distancias de transporte, la gran cantidad de lastre que debe
removerse para extraer una tonelada de mineral y el creciente riesgo
geotécnico, debido al aumento de la profundidad del rajo.
La exploración geológica realizada por Codelco demuestra que
existe una gran cantidad de recursos mineros bajo el rajo de Chuquicamata (del
orden de 4.123 millones de toneladas de 0,71% de cobre y 310 ppm de molibdeno),
que son técnica y económicamente viables de explotar mediante un método masivo
de minería subterránea, permitiendo dar continuidad en el largo plazo al giro
del negocio.
El horizonte total del Proyecto Mina Chuquicamata
Subterránea está concebido en un plazo aproximado de 50 años, con una etapa de
construcción de 8 años y una etapa de operación de 42 años, a un ritmo de
explotación de 140.000 toneladas de mineral por día. Bajo ese concepto se
proyecta una dotación máxima de 3.700 trabajadores durante la etapa de
construcción.