La electricidad, en comparación con el gas natural, el
gas licuado y el kerosene, es el único energético, que al no ser combustible,
no genera contaminación al interior de los hogares, de acuerdo al resultado del
estudio "Impacto de Fuentes de Combustión en la Calidad del Aire al
Interior de Hogares de la Región Metropolitana", desarrollado por la Universidad de Harvard,
en conjunto con el Centro Mario Molina Chile, entidad patrocinada
por el Premio Nóbel de Química 1995 del mismo nombre, y que fue
encargado por Chilectra.
La medición reveló que los hogares que utilizan electricidad presentan un 17%
menos de concentración de material particulado fino (MP 2.5), uno de los
contaminantes más dañinos para la salud, con relación a las viviendas que utilizan gas
natural. Un 26% menos respecto al gas licuado, y un 52% con relación a las que
utilizan kerosene.
Las viviendas que incorporan
kerosene para calefacción mostraron las concentraciones más altas de MP 2.5,
partículas ultrafinas, NO2 y SO2; más altas que el exterior y más altas
que las otras viviendas analizadas.
Por otra
parte, los hogares que utilizaron electricidad como el principal energético,
presentaron menores niveles de concentración de dióxido de azufre, dióxido de
nitrógeno y material particulado ultrafino.
El material particulado fino (MP 2.5) puede disminuir la
función pulmonar de las personas, especialmente aquellos que son asmáticos; irrita la mucosa de ojos, nariz,
garganta y tracto respiratorio; contribuye a desarrollar la bronquitis aguda u
obstructiva; aumenta las infecciones respiratorias, especialmente en los niños;
e incrementa el riesgo de enfermedades cardíacas.
La
investigación midió durante el
invierno de 2007 la utilización de distintos
energéticos para calefacción, cocina y calentamiento de agua al interior
de 16 hogares de similares características.