Por Francisca Orellana
Incorporar prácticas agrícolas sustentables, que permitan explotar la uva de manera racional y planificada, combinando elementos como el respeto por el medioambiente y la biodiversidad, es lo que ha estado desarrollando la Viña De Martino mediante la permacultura, un sistema que busca crear asentamientos sostenibles y económicamente viables.
A través de esta práctica, la compañía pretende cultivar viñedos más naturales, sin químicos ni elementos exógenos, que además de conservar su calidad, no exploten sus propios recursos o los contaminen.
“Lo que buscamos es tener un viñedo lo más equilibrado posible, y que el vino sea un reflejo fidedigno de ese viñedo especial y de ese lugar en particular. Queremos producir vinos más amables, con más personalidad, que reflejen su origen y que sean amigables con el entorno. Algo irreproducible”, explica Marco Antonio de Martino, gerente general de la firma.
La empresa ha comenzado a probar la fermentación en tinajas de greda y otros procesos de vinificación más artesanalas que los utilizados en la actualidad.
“La idea de esta nueva filosofía de producción es acercar a la comunidad y al consumidor a prácticas agrícolas medioambientales, y estamos muy motivados con ello”, concluye el ejecutivo.