La tensión entre Estados Unidos y China quedó al borde de la guerra comercial ayer cuando el presidente Donald Trump anunció que impondrá aranceles a US$ 50 mil millones en importaciones chinas, cifra que podría subir a US$ 60 mil millones. La respuesta llegó desde la embajada del país asiático en EEUU, que declaró que aun cuando no quieren una guerra comercial, sí están dispuestos a defender sus intereses “con todas las medidas necesarias”.
La orden ejecutiva firmada ayer por Trump instruye al representante de Comercio de EEUU, Robert Lighthizer, para que dentro de quince días elabore una lista de productos a los que se impondrán aranceles de 25%. Según Trump, esta jugada histórica en contra de la “agresión económica”, se tomó tras concluir que Beijing ha adquirido injustamente propiedad intelectual de EEUU por años y que debía pagar el precio.
“Esto ha estado mucho tiempo en desarrollo”, dijo el mandatario. “Tenemos una tremenda situación de robo de propiedad intelectual” con China afectando a cientos de miles de millones de dólares en comercio cada año, afirmó. Mientras firmaba la orden, también advirtió que “esta será la primera de muchas” medidas.
Para el jefe de Estado, la imposición de aranceles permitirá abordar el déficit comercial de US$ 375 mil millones de EEUU con el país asiático, lo que representa, según él, “el mayor déficit de cualquier país en la historia mundial. Está fuera de control”.
Respuesta de China
La respuesta del gigante asiático no se hizo esperar. El embajador del país en EEUU, Cui Tiankai, subió un video a la página de Facebook de la sede diplomática diciendo que “no queremos una guerra comercial”, pero “no nos atemoriza”.
Cui aseguró que las acusaciones de violaciones de propiedad intelectual son “infundadas” y que su país “contraatacará y tomará represalias. Si la gente quiere jugar rudo, jugaremos rudo con ellos y veremos quién dura más”.
El diplomático denunció además que las sanciones comerciales contra Beijing no tienen sentido económico, porque afectarán la vida diaria de la clase media estadounidense, el balance de sus empresas y los índices bursátiles.
La Embajada de China luego hizo eco de los comentarios de su representante. “Si EEUU inicia una guerra comercial, China peleará hasta el final para defender sus intereses legítimos con todas las medidas necesarias”, afirmó en un comunicado.
Las medidas específicas que podría tomar Beijing, como la aplicación de aranceles a productos estadounidenses, específicamente los que provienen de estados que apoyaron a Trump en la elección presidencial, podrían conocerse en los próximos días.
Pero las críticas no llegaron sólo desde Asia. Compañías y grupos empresariales estadounidenses criticaron la táctica, aun cuando consideran que la preocupación por las prácticas de propiedad intelectual chinas es válida. “Apuntar a miles de millones en productos con aranceles corre el riesgo de generar una diezma aún mayor en los bolsillos de familias estadounidenses en todo el país”, advirtió Orrin Hatch, el presidente republicano del comité de finanzas del Senado.
Impacto en el mercado
La lista de productos afectados será anunciada por el representante de comercio en los “próximos días”, e incluiría bienes aeronáuticos, de tecnologías de la información y comunicación y maquinaria.
El anuncio, aunque esperado, provocó que las acciones estadounidenses registraran su mayor caída desde el 8 de febrero, con el índice de referencia S&P 500 bajando 2,5%, y quedando en rojo para el año. Entre las acciones más golpeadas estuvieron Caterpillar y Boeing -las empresas percibidas como potenciales objetivos en una guerra comercial- con ambas cayendo más de 5%. En Chile, la acción de CAP fue la más afectada (ver recuadro).
Hecho en China 2025
Autoridades estadounidenses dijeron que apuntarían hacia la estrategia del presidente Xi Jinping de ser líderes mundiales en las industrias de alta tecnología, enfocándose en los diez sectores claves que fueron identificados por el líder chino en su plan “Hecho en China 2025”.
Eso incluye la industria robótica, aeroespacial, marítima y de equipamiento de trenes modernos, además de los autos eléctricos y los productos biofarmacéuticos.
Además de los nuevos aranceles, Trump ordenó al Tesoro de EEUU que desarrolle un plan para imponer nuevas restricciones a la inversión china en sectores similares dentro de 60 días.
El presidente también ordenó a sus funcionarios que abran un caso en la Organización Mundial del Comercio (OMC) en contra de lo que Washington califica de reglas de licencia tecnológica que favorecen a China. Según la administración, esas normas bloquean el acceso de muchas compañías estadounidenses al mercado chino.
Peter Navarro, quien lidera la oficina comercial y de política manufacturera de la Casa Blanca, dijo que los aranceles son parte de una nueva Estrategia de Seguridad Nacional que el gobierno presentó en diciembre, y que califica a China de un competidor estratégico.
Ipsa cae de nuevo y Cap cede más de 15% en marzo
Su cuarta caída consecutiva anotó el Ipsa, principal índice de la Bolsa de Comercio de Santiago, que ayer cayó 0,35% hasta los 5.515,99 puntos. Uno de los papeles que más retrocedió en la jornada fue Cap, que cedió 3% a $ 7.147,4 cada título, su menor valor en más de tres meses. La acerera ha sufrido como pocas con los anuncios de aranceles en EEUU.
En lo que va de marzo, el papel ha caído 15,76%. Con todo, el consenso de los analistas ubica su precio objetivo en torno a los $ 7.839 cada uno, mientras que la recomendación mayoritaria (55,6%) es 'mantener', valorización que le otorga un upside de 9,7% al cierre de ayer.