La economía argentina crecerá solamente 0,5% este año, dijo ayer el gobierno en la presentación del presupuesto 2015, en medio de un estancamiento de la actividad por la elevada inflación y un bajo nivel de inversiones que podría empeorar tras el default de deuda.
Para el año próximo, el gobierno de la presidenta Cristina Fernández espera que el Producto Interno Bruto (PIB) se expanda 2,8% y que la moneda local, el peso, se devalúe 11% desde sus niveles actuales. La inflación argentina, una de las más altas del mundo, alcanzaría en el 2015 a 14,5% desde el 21,3% previsto para 2014.
Aunque el gobierno espera un leve crecimiento, analistas pronosticaron que el PIB argentino se contraería este año cerca de 2%, en lo que podría ser su primer retroceso en más de una década tras caer oficialmente en recesión en el primer trimestre. Los expertos, que utilizan una medición de inflación algo diferente a la oficial, también esperan un mayor incremento en los precios minoristas, que rondaría el 35% a 40%.
El default de deuda en el que incurrió el país a fines de julio, luego de que un juez en Nueva York bloqueara los pagos de los bonos argentinos en el extranjero, añadió presión sobre la economía y golpeó los esfuerzos por atraer inversiones internacionales. A la vez, la alta inflación erosionó la competitividad, mientras que una fuga de capitales derrumbó las reservas internacionales del Banco Central en casi 35% desde inicios del 2013 y convirtió al dólar en un bien tan escaso que su valor es casi un 70% mayor en el mercado negro.
Ante este panorama, el gobierno prometió mantener las políticas de estímulo que incluyen multimillonarios subsidios para alimentar el consumo. (Reuters)