El Reino Unido está buscando opciones para establecer nuevas relaciones comerciales después de su salida de la Unión Europea.
Según Financial Times, el gobierno de Theresa May está en negociaciones informales para evaluar la opción de unirse al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, su sigla en inglés), el pacto entre los países del Pacífico para bajar los aranceles e impulsar el comercio, en el cual Estados Unidos decidió que no participará.
“No tiene por qué haber restricciones geográficas en este tipo de relaciones plurilaterales”, declaró a este medio el funcionario del Departamento del Comercio Internacional (que lidera las negociaciones), Greg Hands. Ayer, el secretario de Comercio, Liam Fox, –quien se encuentra en China para fortalecer los lazos comerciales con Beijing- confirmó que el país evalúa la participación en el TPP, agregando que “sería bastante tonto de nuestra parte descartar cualquier cosa en términos de futuras relaciones”. Sin embargo, agregó que “sería un poco prematuro” hablar de eso.
En tanto, la eventual participación del Reino Unido en el TPP fue cuestionada de inmediato por la oposición y por expertos. Si el país decide sumarse, será el único participante sin costas en el Pacífico o en el Mar Meridional de China.
Por otro lado, el comercio británico con los países del bloque -que incluyen a México, Canadá, Japón, Perú y Chile- representa sólo un 7,5% de las exportaciones totales del país, mientras que la UE equivale a casi la mitad de estas.
Por lo mismo, el secretario de Comercio en la sombra, Barry Gardiner, propuso al gobierno concentrarse en temas más importantes, como un “acuerdo comercial clave” con la UE. “Esto huele a desesperación. Quieren que abandonemos el mercado vecino y nos unamos a uno más pequeño en el otro lado del mundo”, comentó, por su parte, Tim Farron, exlíder liberal demócrata.