Siempre, antes del comienzo de los Juegos Olímpicos, hay una serie de noticias negativas. Hubo temores por las habitaciones sin terminar antes de los Juegos de Invierno de 2014 en Sochi, Rusia, y por el exceso de gastos en los Juegos de Londres en 2012. Pero si hubiera una competencia sobre la ciudad anfitriona que ha atraído más críticas, la medalla de oro se la llevaría Río de Janeiro, donde parten hoy los nuevos juegos.
Hubo un incendio y un robo en la villa olímpica, hubo un brote de virus Zika y contaminación crónica en la bahía de Guanabara y en su principal lago, que se usará en los deportes acuáticos como vela y remo. A eso se suman las protestas de las fuerzas de seguridad y las manifestaciones de la población por el gasto excesivo en la organización del evento, en un país que está sumido en la recesión, escándalos de corrupción y una crisis política, con un presidente interino al mando mientras la presidenta electa enfrenta un impeachment.
Los problemas quedan reflejados en el viaje de la llama olímpica, que llegará hoy al estadio Maracaná para la ceremonia de inauguración, tras realizar una travesía épica de 19 mil kilómetros por todo Brasil.
Cuando la antorcha llegó a Río el miércoles la policía debió usar gas lacrimógeno para despejar el camino y remover a quienes protestaban por el alto costo de los Juegos. Según datos de la consultora EY, se gastaron 7.500 millones de reales (US$ 2.350 millones) sólo en la organización del evento, mientras que en total se desembolsaron 25.750 millones de reales en obras de infraestructura ligadas, directa o indirectamente, a los Juegos.
Tantos problemas han generado dudas sobre si las ciudades del mundo en desarrollo, como Río, están preparadas para ser anfitriones de eventos de este tipo. Brasil es la primera democracia emergente en organizar unos JJOO. A diferencia de China, que realizó los Juegos de Beijing en 2008, o Rusia con Sochi, el gobierno brasileño no puede imponer autocráticamente el orden.
Ahora bien, pese a los problemas, lo más probable es que los Juegos sean un éxito, tal como lo fue la Copa Mundial de Fútbol de 2014, pese a enfrentar preocupaciones similares.
Empresas se preparan
La masiva llegada de turistas, la transmisión televisiva y toda la industria que se mueve en torno a los atletas tienen a las empresas expectantes. “A pesar de la crisis económica y política, los escándalos de corrupción, el virus Zika y los disturbios públicos, las llegadas internacionales a Brasil verán un crecimiento saludable en 2016,” afirmó Caroline Bremner, encargada de investigación global de la industria de viajes de Euromonitor International. Según la firma, las llegadas a Brasil aumentarán 7,2% este año, sumando 6,3 millones. Eso sí, el aumento sería menor al que se observó en 2014, cuando se realizó el Mundial, que llegó a 10,6%.
Entre los ejecutivos, los gerentes hoteleros tienen altas expectativas sobre el efecto que tendrán los Juegos en su negocio. “Tenemos cerca de 30 hoteles en Río y están muy, muy llenos”, expresó Jean-Jacques Morin, director financiero de Accor, recientemente.
Optimista es también Stephen Burke, CEO de NBC Universal. “Ganamos cerca de US$ 120 millones en Londres, y ganaremos mucho más en Río. Así es que estamos ansiosos”, anticipó.
Las aerolíneas, en cambio, tienen una opinión diferente. “Generalmente los JJOO y los Mundiales son negativos para los ingresos porque los viajeros de negocios se mantienen alejados porque no pueden obtener hoteles”, dijo por su parte J. Scott Kirby, presidente de American Airlines. “En este caso, Brasil está tan mal que no hay tráfico de negocios, o casi no lo hay. Por lo tanto, este año creo que será positivo sólo porque Brasil ha caído tanto antes”, aclaró.
Para maximizar sus retornos, las empresas han aumentado su inversión en publicidad. Según datos de EY, el total invertido por todos los patrocinadores de los JJOO en marketing, publicidad y eventos desde que Río fue escogida como sede del evento en 2009, es de 4.600 millones de reales. “El grueso de las inversiones ocurrió en el último año y ahora en este último período”, aseguró Marcelo Noronha, vicepresidente ejecutivo de Bradesco, al medio brasileño Valor.
Otro estudio, elaborado por Kantar Ibope Media a partir de datos sobre la compra de espacio publicitario en el primer semestre, indica que los sectores de servicios al consumidor y financieros, seguros, servicios públicos y sociales presentaron una expansión significativa en el período. El gasto del sector de servicios al consumidor, por ejemplo, creció 8%, sumando 6.800 millones de reales. El mercado financiero y de seguros aumentó en 6% la compra de espacio publicitario, a 4.400 millones de reales. Por empresas, P&G subió en 97% la compra de espacio publicitario, a 807 millones de reales. Pero más allá de las expectativas y temores, el verdadero impacto se conocerá al final de las tres semanas de competencias.
Los modelos económicos compiten por la medalla de oro
El banco Goldman Sachs ya hizo su apuesta para el medallero de este año: EEUU se impondrá, seguido por China, Reino Unido, Rusia y Corea del Sur. Brasil estará sólo en el puesto 16.
Para realizar el cálculo, Goldman usa una fórmula que toma en cuenta una medida del ambiente de crecimiento de cada país participante, la población y el éxito previo, además del "efecto anfitrión". Con ella, ha logrado explicar casi 90% de la variación del éxito en el medallero en las últimas cinco versiones de los Juegos Olímpicos.
La firma estima que el efecto anfitrión entregará a Brasil un 50% de aumento en sus medallas doradas, frente a lo que podría conseguir si no fuera dueño de casa, y un 20% de alza en el número total de medallas.
Otra medición, la Olimpianomics de Reuters Breakingviews, espera que el top 5 esté compuesto por EEUU, Rusia, China, Japón y Brasil.
En lugar de medir la población y la riqueza –que permite la entrega de subsidios a los atletas, la provisión de equipos y la construcción de instalaciones– y el desempeño pasado, Breakingviews usa la población, el PIB, el costo de unas zapatillas Nike –como referencia de la participación en deportes– y la tendencia a permitir el doping como indicadores.
Otros pronósticos econométricos, como el del equipo encabezado por Julia Bredtman, del RWI-Leibniz Institute for Economic Research, ubica a Brasil en el séptimo lugar. Un equipo de la Universidad de Groningen le da el puesto 11.
Voto a favor de juicio
políticoLa realización de los Juegos Olímpicos suele representar una tregua para los problemas del país anfitrión. En Brasil, este no es el caso. La comisión del Senado, que estudia el juicio político a la suspendida presidenta Dilma Rousseff, votó ayer a favor de someter el caso al pleno de la cámara, lo que abre el camino para que la mandataria sea removida definitivamente del cargo.
El grupo de 21 senadores votó 14 a 5 para que sea juzgada por acusaciones de que manipuló las cuentas fiscales para permitir un mayor gasto del gobierno antes de su reelección en 2014. Rousseff niega los cargos, y dice que es víctima de una conspiración de la derecha. El Senado votará el martes si acepta los cargos y comienza un juicio que debería tener un veredicto a fin de mes.
