Inspirado por su viaje la semana pasada a Europa, el presidente de Argentina, Mauricio Macri, anunció ayer nuevas medidas para cuadrar las cuentas del país y devolver la confianza de los inversionistas extranjeros: reducirá en 25% los cargos políticos, eliminando unos mil cargos, y congelará los sueldos de los ministros, secretarios y subsecretarios por el año en curso.
“Tenemos que dar el ejemplo. La austeridad tiene que partir desde la política”, afirmó la autoridad al anunciar su decisión. “Todos tenemos que ceder algo para que gane el conjunto. El esfuerzo vale la pena”, agregó. También aseguró que el cambio permitirá al Fisco ahorrar 1.500 millones de pesos argentinos (US$ 76,6 millones) al año.
El paquete de acciones, que incluye una prohibición para los familiares de los ministros de “ser parte del gobierno”, entrará en vigor a partir de marzo y será implementado a través de un decreto presidencial, que no requiere la aprobación del Congreso.
Actualmente, Argentina cuenta con 20 ministerios, 87 secretarías y 207 subsecretarías de Estado. Macri había sido acusado de aumentar el número de funcionarios públicos durante su gobierno. Según La Nación, al menos seis ministros, incluyendo al jefe de Gabinete, Marcos Peña, emplean a sus familiares, dos de los cuales ya anunciaron ayer su salida. “¿Son, se hacen o piensan que somos estúpidos?”, reaccionó al anuncio la exmandataria Cristina Fernández.
Previa a los sindicatos
Con la medida, el mandatario busca calmar los ánimos de las uniones sindicales del país, con las cuales tendrá que negociar el aumento de sueldos para el año en curso. Dicha negociación es clave para cumplir la meta de inflación del gobierno de 15% a fin de año. Anteriormente, varias agrupaciones, enfurecidas con la aprobación de la reforma previsional en diciembre, rechazaron la oferta del Ejecutivo, que preveía un aumento de 15% sin cláusula de gatillo, que permite incrementos según la inflación.
Ayer, Peña se reunió con su par de Trabajo, Jorge Triaca, para evaluar las medidas compensatorias, ad portas de las negociaciones con funcionarios del comercio, la banca y los docentes.
El fin de semana, desde París, el mandatario lanzó una crítica velada a los profesores, uno de los sindicatos más adversarios a la Casa Rosada: señaló que “el gran problema que estamos teniendo en la mayoría de los países es una reacción negativa de los gremios de entender que entramos en una época” donde se necesita “desarrollar permanentemente nuevas capacidades”. “Tiene que ver con qué podemos pagar”, dijo más tarde, en una entrevista.
Las tensiones llegaron a tal punto que los gremios acusaron motivación política en las investigaciones por fraude contra el líder del sindicato de Camioneros, Hugo Moyano. “No hay persecución contra gremialistas, eso es falso”, aseguró ayer Macri, agregando que la Justicia tiene que tratar los “casos escandalosos de abusos de algunos sindicalistas”.
Contra el déficit
El mandatario, quien inició la guerra para cerrar las brechas presupuestarias con su llegada a la Casa Rosada en 2015, aseguró ayer que “el Estado pagará sueldos por los impuestos que recauda”.
El año pasado, el Ejecutivo logró aprobar la reforma de pensiones y la tributaria, que rebaja los impuestos corporativos de 35% a 25% en dos años, y aumentó tarifas de la luz y el gas. “Todos nos creen: se dan cuenta de que el cambio va en serio”, aseguró ayer, hablando de su gira europea.
El mandatario también llamó a los gobiernos regionales de Argentina a tomar “medidas similares” para reducir el déficit fiscal, en 3,9% del PIB el año pasado. Actualmente, según un estudio del Observatorio Fiscal Federal publicado ayer, la deuda local crece el doble que la del país: la cifra marca alrededor de 24% versus 12%. Cuatro provincias -Buenos Aires, Salta, Entre Ríos y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires- ya anunciaron recortes en sus plantas de funcionarios locales.
Otra medida implementada anteriormente por la Casa Rosada, el congelamiento de nuevas contrataciones de los funcionarios públicos, podría ahorrar al país 1 punto del PIB en los próximos dos años, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Pero ayer, la Casa Rosada recibió otro recordatorio de que las políticas de austeridad no serán fáciles de implementar: tras violentas protestas contra cambios previsionales, el despido de 250 funcionarios del Instituto Nacional de Tecnología Industrial provocó agresivas manifestaciones, respaldadas por dos sindicatos de empleados estatales.
Los cambios anunciados
Macri informó el recorte de "uno de cada cuatro cargos políticos del poder Ejecutivo", lo que significa el despido de unos mil funcionarios y resultaría en el ahorro de 1.500 millones de pesos argentinos este año (US$ 76,6 millones).
También señaló que se congelarán los sueldos de los funcionarios políticos al menos por un año. Así, por ejemplo, los ministros seguirán ganando 182 mil pesos argentinos (US$ 9,3 mil) y los secretarios, 160 mil pesos.
Además, se prohibirá a los familiares de los ministros de ser "parte del gobierno". "El Ejecutivo perderá colaboradores muy valiosos del equipo, pero necesitamos más transparencia", dijo el mandatario. La prohibición se extenderá hasta "familiares de segundo grado" (hijos, hermanos, esposas).