Mañana sonarán los primeros disparos en la nueva batalla legislativa que enfrenta Estados Unidos, cuando el Partido Republicano del presidente Donald Trump dé a conocer los detalles de su propuesta de reforma tributaria para el país.
Hasta ayer, el oficialismo, que tiene mayoría simple en ambas cámaras, parecía tomar distancia de las expectativas del mandatario, quien ha prometido rebajar de 35% a 15% la tasa para empresas.
Los republicanos buscaban una meta menos ambiciosa. Según fuentes consultadas por Bloomberg, el proyecto de los negociadores del partido apuntaba a una tasa de 20%, que no convence al mandatario.
“Veremos qué pasará, pero yo tengo esperanza de que será 15%”, dijo Trump a periodistas la noche del domingo, minutos antes de abordar el avión presidencial con rumbo a la Casa Blanca para retomar sus actividades. Agregó que “este es un plan para la clase media y para que las empresas puedan volver a crear trabajos”.
El debate tributario encuentra a los republicanos de Trump con sed de una victoria tras fracasar en sus intentos por derogar y reemplazar el sistema de salud legado por Barack Obama. El mandatario hablará sobre su postura tributaria en un discurso agendado para mañana en Indiana.
Expectativas opositoras
La iniciativa también tendrá que sortear la oposición del Partido Demócrata, cuyos líderes se han reunido con el presidente y esperan que los recortes tributarios beneficien a la clase media estadounidense.
Pero podrían verse defraudados. Hasta ayer, la Casa Blanca evaluaba incluir una rebaja a la tasa superior de impuestos personales del actual 39,6% a 35%, lo que promete generar escozor en los demócratas y algunos republicanos moderados.
El domingo, el líder de la oposición en el Senado, Chuck Schumer, emitió un comunicado señalando que “si los republicanos envían un proyecto tributario para favorecer a sus contribuyentes ricos de ultraderecha, en vez de trabajar para la clase media, tendrán los mismos problemas con impuestos que los que tienen con la salud”.
Efectos económicos
Cualquier rebaja de impuestos en EEUU amenaza con ampliar el déficit fiscal, actualmente calculado en US$ 20 billones (millones de millones). La Casa Blanca espera aumentar la recaudación por el mayor crecimiento del PIB, pero analistas prevén que en el corto plazo será necesario aumentar la oferta de bonos.
Otro factor es el debate sobre el Presupuesto 2018. La semana pasada, un grupo de senadores republicanos acordó que el erario deje espacio para un crecimiento del déficit, lo que, de concretarse en la ley, iría en contra de la exigencia histórica del partido de presupuestos equilibrados.
Analistas han apuntado a que el mercado tiene poca confianza en que las ideas de Trump se concreten. El jefe de estrategia de BMO Capital Markets, Ian Lyngen, dijo a Bloomberg que secciones del proyecto hacen que sea “políticamente inviable (...) El mercado parece dudoso de si tomarlo en serio”.
Un análisis de Bank of America agrega que una política fiscal más relajada podría frenar el impulso de la Reserva Federal de endurecer su política monetaria.
Se cae último esfuerzo de reemplazo de Obamacare
El último proyecto republicano por derogar y reemplazar a Obamacare se cayó luego de que Susan Collins se convirtiera en la tercera senadora oficialista en decir que votaría en contra de la iniciativa. Collins, cuyo apoyo estaba en duda, afirmó que no sería persuadida por los cambios al proyecto para canalizar más dinero a su estado de origen, Maine. Más temprano, los senadores Rand Paul de Kentucky y John McCain de Arizona habían anunciado su rechazo a la iniciativa. Los republicanos tienen 52 escaños en la cámara alta, por lo que sólo podían perder dos votos.