“Todos sabíamos que el Brexit era una posibilidad, aunque quizá no la más probable”, dice el jefe del equipo de calificación para América de S&P Global Ratings, Roberto Sifón, al evaluar las más de dos semanas de volatilidad en los mercados e incertidumbre sobre el futuro de la relación entre Reino Unido y la Unión Europea, luego de que el país decidiera abandonar el bloque.
Para el analista, el mercado se ha adelantado a las negociaciones, pese a que, al menos durante dos años, “técnicamente se mantendrá el status quo mientras se dialoga, pero el mercado no va a esperar que haya acuerdo para tomar acciones”.
- Sin embargo, ya ha habido consecuencias, ¿no? La Fed no subirá las tasas este año, como se esperaba.
- Es difícil que la Fed suba las tasas y tampoco me animo a decir que lo hará en 2017, entre otras razones porque no está claro dónde vamos a estar en seis meses con el Brexit.
- ¿Qué otras consecuencias globales podría tener en el corto plazo?
- Las perspectivas de crecimiento han disminuido y eso hace pensar que pronto se ajustará la perspectiva de la demanda. Todo eso tiene un efecto multiplicador, y la desaceleración en Asia podría sentirse más.
- ¿Y en América Latina?
- Ya ha habido consecuencias: el impacto llega a través de las monedas, de las bolsas, pero ha sido y promete ser un proceso extremadamente volátil. Siendo una región tan dependiente de la inversión extranjera en su mercado de capitales y en su inversión física, agregar la volatilidad a la ecuación es un problema. Las inversiones se postergan y hay un flight to safety, para tratar de reducir impactos. Ahora, el impacto no va a ser el mismo que en China o los diferentes países de Asia.
- Hay comparaciones que se han hecho con la crisis de 2008. ¿Puede repetirse ese escenario?
- Cada evento tiene sus particularidades y por eso uno no los puede prever. La incertidumbre y lo que estamos viendo con los bonos ocurre porque la gente no sabe cómo va a terminar esto. Ahora, definitivamente, esto es un tema bastante negativo para toda la UE, porque su situación económica ya era débil. Nunca despegó después de 2008 y 2009.
- ¿Es el fin de la Unión Europea?
- No me animo a decir que es el fin, pero sí es otro palo en la rueda para la recuperación. Creo que está atravesando una crisis de identidad brutal. Muchos de los temas que se habían acordado al inicio del bloque ahora se vuelven a discutir. Eso tiene un efecto muy importante en la institución de la UE y agrega volatilidad al mercado.
- ¿Sobrevivirá entonces el bloque?
- La UE es una institución extremadamente fuerte y hay mucho interés en ella como proyecto. Ahora, eventos como el Brexit generalmente nunca se dan de a uno: los cambios en la política son across the board. Hay eventos que van a seguir en los próximos meses y van a mantener un escenario de volatilidad. Esa es la realidad; así se mueven las sociedades. No todos van a ser igual que Brexit, porque no tienen todos los mismos incentivos. Hay algunos que les ayuda tener la libre movilidad, hay otros a los que no.
- Las posiciones entre la UE y Reino Unido han sido bastante duras hasta ahora. ¿Cómo prevé que concluirán las negociaciones?
- Ni la UE ni Reino Unido quieren estar peor que antes. Es una realidad que parece muy sencilla, pero no hay que olvidarla. El objetivo será que cuando terminen las sesiones las cosas estén lo menos mal posible. Por eso, hay posiciones que suelen ser inflexibles pre facto y que pueden flexibilizarse post facto. Al final del día, todo el continente se ha beneficiado del mercado común, algunos más que otros, pero todos están mejor hoy que antes de tenerlo.
- ¿Prevé que las tasas en la Eurozona caigan más?
- Ya están muy bajas, pero no me sorprendería que bajaran más. Al pensar en las herramientas que hay para hacerle frente al shock, están las monetarias y algo de inyección fiscal. Nosotros estamos esperando que eso ocurra. Ahora que se pone en tela de juicio el futuro de los derechos de pasaporte y si las matrices de empresas se van a mudar a otras partes de Europa, disipar dudas de liquidez es muy importante.
Uso de FEES en Chile
Frente a la posibilidad de que el Gobierno de Chile utilice el Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES), Sifón manifestó que "tener esos fondos es parte de la evaluación que nosotros hacemos y usarlos no necesariamente es negativo. Cualquier resultado depende de la magnitud (del retiro). Si se hace de manera controlada y hay una clara repercusión en mantener niveles de crecimiento buenos, no debería haber un alto impacto" en la calificación y perspectivas del país.
Añadió que "tras el último terremoto, no se tocaron los fondos, pero hubo un cambio tributario y no cambiamos la calificación". Asimismo, sentenció que "Chile ha continuado mostrando su alta dependencia del cobre. Hubo un avance fenomenal en cuanto a empezar a diversificar la economía, pero los resultados que se ven con el fin del superciclo es que la dependencia de los commodities sigue siendo muy alta".