Dos años
después de la quiebra del banco de inversión estadounidense Lehman Brothers en
medio de la crisis financiera, el Gobierno alemán aprobó hoy una tasa bancaria
así como una hoja de ruta para actuar en caso de grandes bancos sufran
problemas de financiamiento.
Las
críticas contra el proyecto de ley del Ejecutivo de la canciller Angela Merkel
no se hicieron esperar y desde las entidades bancarias se atacó el gravamen
anunciado, asegurando que dificultará la concesión de créditos.
Desde la
oposición se calificó la tasa de insignificante, advirtiendo que los bancos
podrían traspasar los costos a sus clientes.
Con la tasa
bancaria acordada por el Gobierno se creará un fondo de unos 1.300 millones (US$
1.640 millones) al año para la creación de un colchón financiero que permita a
las entidades afrontar cualquier nueva crisis financiera.
Igualmente,
con el fondo que se cree los grandes bancos podrán sanearse con rapidez y
seguridad sin verse sometidos a los altibajos de los mercados financieros.