AT&T se mostró hoy convencida de que las autoridades estadounidenses le permitirán comprar T-Mobile USA y convertirse así en el líder de la telefonía móvil en EE.UU., con 130 millones de clientes, pese a que el 80% del mercado quedará en manos de sólo dos compañías.
"Este es probablemente el mercado de telefonía móvil más competitivo del mundo. Los estadounidenses pueden elegir entre cinco operadores", afirmó hoy el presidente ejecutivo de AT&T, Randall Stephenson, en una videoconferencia para presentar la compra anunciada el domingo de T-Mobile USA a la alemana Deutsche Telekom.
Hasta ahora tenía el liderazgo del mercado Verizon Wireless, una empresa conjunta entre la estadounidense Verizon y la británica Vodafone que se había forjado como la operadora capaz de competir cara a cara con AT&T, incluso pese a que ésta gozó de la exclusiva del iPhone desde que hace cuatro años salió al mercado.
La compra por US$ 39.000 millones de la cuarta operadora del país con 33,7 millones de clientes, supone un paso de gigante para AT&T, que pasará a tener un 30% más de clientes que su inmediata competidora y el doble que la siguiente, Sprint Nextel.
Esta última empresa, de la que se había publicado que también negociaba una fusión con T-Mobile USA, parece hoy la gran perdedora, ya que su capacidad para competir se verá reducida, algo que los inversionistas entendieron claramente, pues a primera hora de hoy sus acciones bajaban el 15% en Bolsa.
En cambio, AT&T, la tercera mayor firma no financiera ni petrolera del país por facturación según Forbes, comenzó la sesión bursátil con avances de 2%, mientras que las acciones de Deutsche Telekom en EE.UU. subían un 12,3% y hasta Verizon avanzaba un 2,5%.
Dudas sobre la compra
Las asociaciones de consumidores y algunos analistas no ven, sin embargo, tan beneficiosa la operación.
Forrester Research apuntó que mejorará la cobertura, pero no se traducirá en una rebaja de los precios, mientras que desde Public Knowledge, un grupo de defensa de los consumidores, se advirtió de que la fusión supondrá "precios más altos, menos opciones y menos innovación".
Lo que más valoraban hoy los analistas de esta operación es que ayudará a AT&T a lidiar con uno de sus mayores quebraderos de cabeza: La falta de capacidad de su red, que en grandes ciudades tiene problemas para atender todo el tráfico de datos que genera, especialmente debido al gran éxito de ventas del iPhone.
"En cuatro años hemos visto crecer la demanda de tráfico en banda ancha a través de nuestra red un 8.000%. Como compañía tenemos que pensar cómo afrontar de manera diferente esos aumentos", explicó Stephenson, quien insistió en que se elevarán las inversiones en la red 4G para ofrecer comunicaciones móviles de alta velocidad al 95% de la población estadounidense.
Además, explicó que la operación permitirá recortar unos US$ 40.000 millones en costos, pero no detalló si se verán afectados los 267.000 empleados de AT&T y los 38.000 de T-Mobile USA.