El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió al Banco Central Europeo (BCE) que compre deuda de España e Italia y que se impulse una política monetaria activa que ayude a los países de la eurozona que han puesto en práctica “objetivos y políticas muy duros” para cumplir con la disciplina fiscal, consignó la agencia de noticias EFE.
Obama realizó las declaraciones al término de la cumbre de la OTAN de Chicago y después de haberse entrevistado con el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy. Tras insistir en que Grecia debe continuar dentro de la zona euro, Obama dijo que cree que existe una mayor determinación por parte de los líderes europeos para combatir la crisis que afecta a la UE.
No obstante, defendió que los bancos europeos necesitan ser recapitalizados y que es preciso que se creen cortafuegos para proteger a los países del contagio de la crisis que afecta al sistema financiero.
Obama apostó por una “estrategia de crecimiento” acompañada de “disciplina fiscal” y de “una política monetaria que promueva la capacidad de países que, como España e Italia, han puesto en marcha objetivos muy duros y políticas muy duras”. Según él, es necesario ofrecer “perspectivas para la mejora económica, el crecimiento del empleo y el aumento de los ingresos, aunque lleve un poco de tiempo”.
Panorama gris en España
Por otra parte, el ministro de Economía y Competitividad hispano, Luis de Guindos, pronosticó ayer que el Producto Interno Bruto (PIB) retrocederá un 0,3% durante el segundo trimestre de 2012. Es decir, que se repetirá la caída del primer cuarto del año. El secretario de Estado auguró que la previsión del Ejecutivo es “cauta y realista” y que mantiene que la actividad caerá un 1,7% a final de año. “Hay rayos de esperanza en el horizonte”, señaló citado por el periódico español Expansión.
Sin embargo, los princopales analistas consultados por Expansión auguran que el retroceso de la actividad será mayor entre abril y junio que el que anuncia el gobierno. Los expertos alertan de lo que es un secreto a voces: las tensiones que se registran en los mercados, la incertidumbre sobre la credibilidad de la economía española, los recortes del gasto y las alzas de impuestos para frenar la sangría del déficit le pasarán una cara factura al país en los próximos meses. Sólo un gran servicio de estudios se suma a la tesis de Guindos de que el PIB caerá aproximadamente un 0,3% entre abril y junio, aunque observa “riesgos a la baja” que se traducirán irremediablemente en una recesión más intensa en la temporada estival.