Caja Madrid anunció hoy su fusión con Bancaja, tal como esperaba el mercado, que junto con otras cinco instituciones más pequeñas con la se encontraba en negociaciones, crearán la
primera entidad del sector, con activos por 340.000
millones de euros (US$ 407 milones), por encima de La Caixa.
Para realizar la integración, Caja Madrid deberá pedir unos 4.500 millones de
euros (US$ 5.394 millones) al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) del Banco de
España, cuyo plazo para pedir las ayudas expira el 15 de junio.
Según
fuentes financieras, el reparto del poder pactado
inicialmente se repartirá entre Caja Madrid, que tendrá un peso del
58%, y Bancaja, del 42%, aunque, una vez se
incorporen a esta "fusión fría" el resto de entidades, estas
participaciones se diluirán ligeramente.
La operación, que aún
tendrá que ser aprobada formalmente por los
órganos de gobierno de las entidades, supondrá que las siete cajas
compartan riesgos y resultados bajo un mismo grupo, que estará
participado por todas ellas.
No obstante, cada entidad mantendrá
la titularidad y la gestión
de las oficinas de negocio bancario minorista ubicadas en sus
territorios de origen, así como su personalidad jurídica, órganos de
gobierno y competencias de gestión sobre sus obras benéfico
sociales.
Se da por hecho que el nuevo grupo estará presidido por
el máximo
responsable de Caja Madrid, Rodrigo Rato, mientras que su homólogo
en Bancaja, José Luis Olivas, ocupará la vicepresidencia, aunque en
los comunicados remitidos por las dos cajas a la CNMV no se han
concretado los nombres.
Para el presidente del Gobierno, José
Luis Rodríguez Zapatero,
con la unión de estas cajas, la "reestructuración imprescindible"
del sistema financiero "está prácticamente completada".
De hecho,
hasta el momento, sólo nueve de las tradicionales 45
cajas que existían, entre ellas Ibercaja o las tres vascas, están al
margen del proceso de consolidación financiero.