Por Leonardo Ruiz Pereira
Las reformas tributarias son la última bandera de lucha de quienes buscan competir contra Barack Obama por la presidencia de EEUU en 2012. El ex ejecutivo de pizzerías, Herman Cain, catapultó su candidatura con su plan estrella 9-9-9, una propuesta para reemplazar el actual código tributario por un gravamen a las ventas de 9%, aplicando la misma tasa para las empresas y para las personas. En tanto, el ex gobernador de Utah, Jon Huntsman, pidió un impuesto de tasa única que sea “lograble”, diciendo que el plan 9-9-9 del ex CEO de Godfather’s Pizza era sólo una “frase pegajosa”. Mitt Romney, que lidera los sondeos de apoyo, no se quedó atrás y reflejando la filosofía de su partido republicano propuso una serie de cambios a las políticas tributarias, buscando reducir los impuestos a las empresas por muy debajo de su tasa actual de 35%.
El respaldo republicano a Cain (65), según la encuesta Reuters/Ipsos, pasó de 7% en junio a 19% en octubre, y pese a que el 9-9-9 es responsable en gran parte de la atención que ha recibido su campaña, el plan ha sido criticado. “Sabemos que tendrá un impacto en el gasto al consumidor y en el PIB”, dijo a Bloomberg la vicepresidenta de la Federación Nacional de Retail de EEUU, Rachelle Bernstein.
Y es que pese a que Cain dijo que su plan sería aprobado en el congreso y que fue “bien estudiado” por economistas, no entregó muchos detalles de su plan, el que añadiría un impuesto a la venta de muchos productos como casas nuevas, transacciones financieras, e incluso visitas médicas.
Por su lado, Hunstman (51), quien ni siquiera obtiene dos dígitos de apoyo en las últimas encuestas sobre candidatos a la nominación republicana, señaló que apoyaba terminar con los vacíos jurídicos y deducciones a cambió de una disminución de “imposición neutra” en las tasas del impuesto a la renta. Su reforma contempla simplificar el código de impuesto a la renta personal y reducir las tasas; eliminar el impuesto mínimo alternativo; eliminar los impuestos a los aumentos de capital y dividendos y reducir los impuestos empresariales de 35% a 25%.
Impulsar competitividad
El favorito de las encuestas, Romney (64), también favorece recortar el impuesto federal a la renta empresarial a 25% y recortar la tasa aún más, ampliando la base tributaria y simplificando las reglas de impuestos. “Para hacer a EEUU el lugar más atractivo para los negocios, nuestras tasas de impuestos a las empresas y a los empleadores tienen que ser competitivas”, dijo durante un debate presidencial en septiembre. Romney también apoya la recomendación de la comisión de reducción del déficit para adoptar un sistema tributario territorial para excluir la renta internacional de empresas multinacionales del gravamen estadounidense. Además, su plan extendería los recortes de impuestos de la era Bush en 2001 y 2003, los que expirarían en su mayoría a fines de 2012.