La Sociedad Comercializadora de Cervezas Pío Nono Limitada (conocida como HBH Pío Nono y representada por Sebastián Trombert) solicitó su liquidación voluntaria.
“La sociedad que está en este proceso concursal inició en la ciudad de Temuco el año 1994, siendo pionera en empezar a ofrecer servicio de ventas de cervezas artesanales a sus clientes. Debido a la buena acogida, y por un tema de mercado, se abrió una sucursal el año 1997 en la ciudad de Santiago, en la comuna de Ñuñoa, para con el tiempo, radicarse por completo en dicha comuna y en el mismo lugar hasta el día de hoy”, reseñó el abogado de la empresa, Gonzalo Espinosa, en su presentación a la justicia.
Añadió que, para 2018 y 2019, la sociedad tenía una proyección de ventas muy auspiciosa. Pero, dijo, el año 2020 se desató la pandemia, con todo lo que eso significó para el rubro de restaurantes, bares y establecimientos comerciales relacionados.
“Una estrategia de supervivencia para mantener el negocio consiste en traspasar las alzas de precios (de proveedores) a los clientes, pero no es sostenible”, dijo la empresa.
“Después de ocho meses cerrados se empieza a reabrir el comercio, pero de manera muy restrictiva, sobre todo referente a nuestro rubro”; recordó el jurista, quien también mencionó complicaciones para cumplir con los compromisos derivados del crédito Fogape que tomaron.
“Con el paso del tiempo, la solución otorgada por las instituciones financieras fue otorgar una prórroga del pago de las cuotas del crédito, pero esta vez con un alto interés asociado a los montos. Beneficio al cual se accedió, se cumplió durante un tiempo, pero que fue imposible de mantener”, sostuvo.
Luego, afirmó que las ventas disminuyeron drásticamente; la ciudadanía dejó de frecuentar establecimientos comerciales; la situación económica y de seguridad que vivió y vive el país no ha sido la más favorable; los cambios de horarios que se experimentaron durante la pandemia; entre otras circunstancias desfavorables para el comercio.
A todo lo anterior, sumó el incremento de precios que experimentaron sus proveedores, los cuales -aseguró- llegaron a una subida del 40% en algunos casos.
“Si bien una estrategia de supervivencia para mantener el negocio consiste en traspasar dichas alzas de precios a los clientes y consumidores, dichos aumentos tienen un límite, ya que el alza en los precios para los consumidores no es sostenible en el tiempo”, dijo el abogado.
“A pesar de los esfuerzos realizados, mi representado no ha logrado alcanzar los niveles de rentabilidad que tenía el negocio con posterioridad a la pandemia”, añadió.