Francia debe recortar los costos laborales para recuperar la competitividad de su economía

Los crecientes costos laborales por unidad han ralentizado la economía francesa en relación a sus pares de la zona euro desde la crisis en 2008-2009. Si bien el problema de toda la economía ha empeorado significativamente en 2014 a medida que la demanda doméstica ha sufrido y las condiciones externas han empeorado bruscamente, las exportaciones netas han rendido poco por algún tiempo y Francia tiene el déficit comercial más grande del bloque. Esto refleja en parte la combinación de altos costos laborales y débil crecimiento de la productividad. Remediar esto último requerirá un repunte del gasto de inversión, que es poco probable que sea rápido dadas las actuales condiciones. Pero hay amplio espacio para recortar los muy altos costos que enfrentan los empleadores.

Hasta este año, el gobierno evitó reformas significativas en esta área. Sin embargo, ha comenzado a mover sus intervenciones en el mercado laboral en direcciones más efectivas, con recortes significativos en la seguridad social empezando en 2015. Pero estos sólo serían el comienzo y hay un suministro corto de capital político.

Problemas de envíos

La economía francesa se estancó este año, pero hasta el año pasado estaba teniendo un peor desempeño que el promedio de la zona euro. En 2013, el PIB real fue 0,7% más grande que en 2007, mientras que la economía de la región se contrajo 1,8% en dicho período. Francia fue superada por Alemania, donde el PIB real aumentó 4,2%, pero en otras grandes economía hubo contracciones considerables: 8,5% en Italia y 5,9% en España. Durante la primera mitad de 2014, el PIB real francés se mantuvo estancado. Tanto en términos trimestrales como anuales, el crecimiento económico fue más lento que el promedio de la zona euro. De las cuatro grandes economías, sólo Italia estuvo peor.

El mal desempeño de la economía gala coincide con una convergencia en la actividad de los embarques. El crecimiento de los envíos fue débil en Francia en los primeros seis meses del año, pero no peor que en el resto del bloque. Sin embargo, desde el inicio de la crisis, el sector externo francés ha rendido muy mal. Entre 2007 y 2013, el volumen de exportaciones de bienes y servicios subió 4,1% en Francia, con 9,5% para la zona euro como un todo y 16% para Alemania.

Una tendencia similar es evidente respecto de la balanza comercial, que se contrajo por el equivalente de 0,8 punto porcentual del PIB entre 2007 y 2013. Italia y España mejoraron dramáticamente sus embarques netos.

Baja productividad

A pesar de que la economía local no ha sido tan golpeada por la crisis como la zona en su conjunto, la brecha negativa de crecimiento del país con Alemania se elevó. En parte, esto refleja el relativo declive en las ganancias de productividad de Francia. Desde fines de 2009, el crecimiento de la productividad real por trabajador ha sido más lento en Francia que en la región. Entre los últimos trimestres de 2009 y 2013, la productividad se expandió 3%, mientras que en la zona euro y Alemania trepó 3,6% y 3,7%, respectivamente.

En contrate, la compensación total (salarios más aportes de seguridad social) ha estado incrementándose más rápidamente que en la región. Entre el cuarto trimestre de 2009 y de 2013, la compensación por empleado avanzó 8,8% en términos nominales y 3,5% en términos reales. Las cifras equivalentes para la zona euro son 7,1% y 2,3%.

La combinación de bajo crecimiento de la productividad y alta expansión de la compensación ha llevado a un empeoramiento de la competitividad relativa de precios de Francia dentro de la zona euro, medida por los costos unitarios laborales (ULC, su sigla en inglés). El ULC nominal (compensación nominal por trabajador dividido por la productividad por persona) es una determinante clave de las diferencias entre los costos de producción y por lo tanto un impulsor clave de los diferenciales de competitividad de precios. La brecha entre el ULC galo y el promedio del bloque se ha ampliado desde fines de 2009. En el cuarto trimestre de 2013, el ULC nominal en Francia era 5,8% más alto que a fines de 2009, mientras que en la zona euro sólo subieron 3,4%.

Mejores políticas

Las reformas en Francia son fundamentales ahora. Desde comienzos de año, el asediado presidente François Hollande ha aceptado esto, después de dos años buscando una estrategia fiscal que dependía en gran medida de mayores impuestos. Los obstáculos para las reformas son enormes y siguen las dudas sobre si Hollande mantiene la autoridad para promoverlas.

En todo caso, las mejoras están comenzando a traspasarse a los costos laborales de los empleadores y el gobierno está mejorando el diseño de sus políticas en esta área. Desde inicios de 2013, las firmas tienen derecho a un crédito tributario (el CICE) calculado como una proporción de su cuenta de salarios. Esto debería reducir los costos asociados con cerca de dos tercios de empleados (aquellos con salarios de hasta 2,5 veces el sueldo mínimo). En el segundo trimestre, los salarios brutos por hora incluyendo los aportes de seguridad social crecieron 1,9%, pero según la oficina nacional de estadísticas, esta cifra cayó a 1% si se considera el CICE.

Sin embargo, el CICE es temporal y su complejidad es tal que sólo una minoría de pequeñas y medianas empresas lo están usando. Por esta razón, las reformas que regirán desde 2015 son una marca mucho más promisoria de las nuevas intenciones reformistas del gobierno. Desde el próximo año, los aportes de los empleadores al generoso sistema de beneficios relacionados a la familia serán abolidos para los trabajadores peor pagados y reducidos permanentemente para todos los empleados con sueldos de hasta 3,5 veces el salario mínimo. Esto afectará a nueve de cada diez empleadores y sus beneficios serán automáticos. Marca un importante primer paso en un proceso que tendrá que ir mucho más allá.