Uruguay avanza aceleradamente en la transformación de su matriz energética

Se están produciendo cambios significativos en la matriz energética de Uruguay. Se espera que la capacidad energética instalada en el país aumente entre 80% y 100% en el corto plazo en comparación con los niveles de 2010, debido a nuevas fuentes de generación, incluyendo eólica, biomasa, solar y gas natural. Esta tendencia es una respuesta al alza significativa en la demanda industrial local debido a un crecimiento robusto sostenido de la economía uruguaya en los últimos diez años.

La Política Energética 2005-2030 (aprobada por el gobierno en 2008 y respaldada por una comisión de energía multipartidista en el Congreso dos años después) establece el principal marco legal para el sector energético. Según un informe preparado por Uruguay XXI, la agencia estatal de promoción de exportaciones e inversiones, esa política demuestra un fuerte compromiso con la diversificación de la matriz energética, además de un alza en la proporción de los recursos energéticos provenientes de fuentes domésticas –en especial renovables– en el corto, mediano y largo plazo. Este compromiso pretende alcanzar soberanía energética, impulsar las industrias domésticas y reducir la dependencia del país en petróleo importado caro.

La Dirección Nacional de Energía ha estimado que los recursos no renovables representarán un 45% de la matriz energética primaria a 2016 y las fuentes energéticas renovables un 55% (la biomasa representará un 27%, la leña 12%, energía hidráulica 10%, energía eólica 5% y solar 1%). Esta es una meta ambiciosa en comparación con el promedio global de 17% y el promedio europeo de 20% de fuentes de energía renovables.

También representa un quiebre marcado con el pasado. El petróleo importado y sus derivados han sido tradicionalmente la fuente energética más importante de Uruguay hasta ahora. En los años peak en la última década el crudo representó un 70% del consumo energético total del país. Sin embargo, esa cifra bajó a 48% en 2010 y debería alcanzar un 40% para 2016, según la DNE.

La dependencia del petróleo tiene un impacto sustancial en las cuentas externas. La cuenta de importación de petróleo fue de US$ 2 mil millones en 2013, lo que representó cerca de un 20% de las importaciones totales. En un esfuerzo por reducir este gasto, las empresas extranjeras y la empresa petrolera estatal, Ancap, están invirtiendo cerca de US$ 1.900 millones en exploración de petróleo y gas en Uruguay, de los cuales la exploración offshore corresponde a 
US$ 1.600 millones.

También se espera que haya un aumento en la participación del gas natural en el mix energético primario, a 5% para 2016, asumiendo que el primer terminal flotante de importación de gas natural licuado, mar adentro frente a la costa de la capital, Montevideo, esté operando para entonces. Si es así, la empresa estatal de electricidad, UTE, será capaz de generar 532 megawatts desde la planta de energía térmica de ciclo combinado Punta del tigre II.