Por Isabel Ramos Jeldres
El presidente de Grecia, Karolos Papoulias, advirtió esta semana que sólo en un día, el lunes, los ahorrantes habían retirado al menos 700 millones de euros (US$ 900 millones) de los bancos locales, ante la incapacidad de los partidos por formar gobierno. Sin embargo, los ahorristas griegos están sacando su dinero desde hace al menos un año, en busca de destinos más seguros, como Inglaterra, Suiza y los países nórdicos.
Pero eso no es todo. Los bancos de Bélgica, Francia e Italia también vieron caer de forma dramática sus depósitos en 2011. Y ayer, el diario español El Mundo publicó que los clientes de Bankia, recientemente nacionalizado, retiraron más de 1.000 millones de euros la semana pasada.
Pese a que esto fue posteriormente negado por el ministro de Economía Fernando Jiménez (las acciones llegaron a hacer 29%, pero se moderaron y cerraron con un descenso de 14%), se suma a las señales de que los ahorristas están comenzando a sentir miedo. Y ese miedo, dijo el mandatario griego el miércoles, “puede evolucionar en pánico”.
Según analistas, lo que estamos viendo en Europa es una corrida bancaria en cámara lenta, que se extiende ya por dos años.
Retiros en Grecia
La incapacidad de los partidos políticos griegos de formar gobierno, tras las elecciones del 6 de mayo, resultó en una creciente volatilidad en los mercados. El presidente convocó a nuevas elecciones el 17 de junio y, hasta ahora, el escenario más probable es que gane el partido izquierdista radical Syriza, que ha declarado que renegará del rescate, lo que podría resultar en el abandono de la zona euro.
El temor de perder sus euros y en cambio quedarse con nuevos dracmas, mucho menos valiosos, ha golpeado con fuerza a los ahorristas, que por temor han trasladado su dinero a refugios más seguros, como las propiedades, oro y bancos fuera de la zona euro. “Todo el sistema bancario griego está en peligro: los bancos enfrentan el peor de los resultados, una fuga de los depósitos”, dijo a Reuters el vicedirector ejecutivo de IG Markets France, Arnaud Poutier.
Un estudio de Reuters que recogió datos de 120 bancos europeos listados en bolsa, mostró que los griegos retiraron 37 mil millones de euros de las cinco mayores instituciones financieras del país el año pasado.
Hasta ahora, el temor no se ha transformado en pánico, pero esa situación podría agravarse. En septiembre de 2008, los clientes perdieron la fe de la noche a la mañana en el banco británico Northern Rock. Hicieron filas por horas para retirar su dinero y el gobierno se vio obligado a nacionalizarlo.
Los retiros en Grecia “no son una gran cifra en términos porcentuales, pero aún así son algo preocupante. Sin embargo, la fuga de depósitos se ha mantenido por dos años. Lo que estamos viendo en la zona euro es una corrida bancaria en cámara lenta”, aseguró el administrador de fondos de M&G International Sovereign Bond Fund, Michael Riddell.
Inglaterra: el favorito
Lo preocupante, dicen los expertos, es que el fenómeno se extiende al resto de la zona euro, donde también se produjeron grandes éxodos el año pasado. En Bélgica, sólo dos bancos, Dexia y KBC, experimentaron el retiro de 123 mil millones de euros.
La banca francesa, una de las más expuestas a Grecia, vio caer sus depósitos en más de 90 mil millones de euros y en Italia los ahorristas retiraron 30 mil millones de euros. En España, el ingreso de 14 mil millones de euros hacia BBVA compensó los egresos de sus pares, entre ellos los 7 mil millones de Banco Santander.
Pero ¿dónde se ha ido este dinero? Hasta ahora, los más beneficiados han sido los bancos británicos, debido a que el Reino Unido no es parte de la zona euro. Los bancos orientados hacia Asia, como HSBC y Standard Chartered, han sido particularmente atractivos. Así, las instituciones británicas recibieron casi 150 mil millones de influjos en 2011.
La banca de Alemania, la mayor economía de Europa, acogió casi 60 mil millones de euros. Suiza, por su parte, recibió cerca de 65 mil millones de euros, y a Suecia volaron 50 mil millones de euros.
Los expertos creen que los movimientos continuarán, ya que el costo oportunidad de transferir el dinero es bajo. Los ahorristas pueden incluso darse el lujo de no depositar su dinero, ya que los bajos intereses significan un bajo castigo por guardar sus ahorros “bajo el colchón”.