Por Charlotte So
Cada vez más manufactrureros en China se están enfocando en el “Vendido en China” más que en el “Hecho en China”, para compensar el menor crecimiento de las exportaciones.
Los exportadores chinos están comenzando a vender productos en el enorme aunque desafiante mercado interno para contrarrestar el tibio crecimiento de las exportaciones, reveló una investigación de Li & Fung y de la Academia China de Ciencias Sociales.
Las nubes han estado oscureciendo el panorama de las economías en Europa y EEUU, y la desaceleración del comercio frenó la expansión de las exportaciones chinas el mes pasado a una tasa de 4,9% anual.
Mientras que muchas plantas procesadoras en Dongguan han colapsado debido al aumento en los costos de los terrenos y mano de obra, unas pocas están intentando dar un giro en su foco y apoyarse en el creciente poder del consumo interno.
Muchas plantas procesadoras son propiedad de exportadores de Hong Kong o Taiwán. “El principal desafío es establecer las redes para vender sus productos localmente”, dice Chang Ka-mun, managing director de Li & Fung Development (China), en Beijing.
Las cadenas minoristas en China, que cuentan con extensas redes en el país, tienen mucho más poder negociador sobre los manufactureros y de esta forma imponen altos niveles a las denominadas tarifas de slotting, que aseguran que las mercaderías sean exhibidas en lugares donde sean vista por los consumidores.
Para compensar esas desventajas logísticas, los fabricantes taiwaneses en Dongguan formaron el año pasado T-Mark, una plataforma de ventas que provee listados, ventas y reparto de productos.
La Asociación de Empresarios Taiwaneses de Dongguan ha establecido varias cadenas minoristas en la ciudad para vender sus productos.
En tanto, cinco fábricas de muebles orientadas a las exportaciones en Foshan construyeron un outlet minorista bajo la marca “Joyhere” en un intento por expandir sus ventas locales.
Una importante ventaja de T-Mark es el rápido pago a sus proveedores. Promete pagar dentro de la primera semana, comparado con dos o tres meses que es el período que ofrecen los minoristas chinos a sus proveedores.
Pero la transformación de los manufactureros orientados a las exportaciones hacia el mercado interno va a implicar un cambio de marea para las operaciones de los fabricantes chinos.
Los pedidos extranjeros son normalmente mayores, y son los clientes los que proporcionan las especificaciones de los productos, mientras que los pedidos locales son relativamente pequeños.
El giro también va a elevar la carga tributaria para los productores. Las fábricas que participan en el proceso exportador están exentas de aranceles sobre componentes importados y maquinarias.
Los exportadores también necesitan aprobación del gobierno para modificar su estatus para vender en el mercado interno. El cambio implica que las fábricas no son auditadas por aduanas sino por muchos otros departamentos del gobierno. Los procedimientos son incluso más complicados si la compañía quiere vender sus productos en distintas provincias.