El FMI cree que la onda expansiva de
la crisis económica hará tambalear a más países en desarrollo, para lo que busca crear una reserva de US$500.000 millones, detalló hoy.
Hasta ahora, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha prestado
US$50.000 millones a Gobiernos con el agua al cuello y
dispone de otros US$200.000 millones de fácil acceso.
"En tiempos normales, tendríamos recursos perfectamente
adecuados, pero éstos no son tiempos normales", dijo en una conferencia de
prensa Andrew Tweedie, director del departamento de Finanzas del
organismo.
El Fondo ya ha recibido un préstamo por US$100.000 millones de Japón, por lo que le quedan US$150.000 millones para llenar
su alcancía.
El organismo quiere que los aporten otros países miembros y
estaría dispuesto a dar a cambio bonos a los bancos
centrales, algo que no ha hecho hasta ahora.
Países en problemas
La lista de países arrastrados a sus puertas crece por momentos y
ya incluye a Hungría, Ucrania, Islandia, Pakistán, Serbia, Letonia y
Bielorrusia, al tiempo que negocia otro acuerdo crediticio con
Turquía.
Pedir esos fondos acarrea un estigma, pues el FMI es visto como
el prestamista al que los Gobiernos acuden en última instancia y que exige contracciones presupuestarias y otras medidas
dolorosas a corto plazo.
Para algunas naciones no hay otra opción, sin embargo. "Es una buena idea que el Fondo tenga más dinero, porque sabemos
que es muy probable que algunos otros países se encuentren con
problemas", dijo a Efe Anne Krueger, ex "número dos" del FMI.
Hasta ahora, las naciones que han acudido al organismo son
pequeñas, pero si lo hicieran Argentina o Brasil, como en crisis
anteriores, la reserva de dinero del Fondo se secaría rápidamente.
El Fondo cree que la demanda de sus créditos podría llegar a US$300.000 millones si otros nueve miembros recurrieran a
sus cofres, según un informe que divulgó hoy.
"Es probable que el efecto (de la crisis) sobre la producción de
las economías emergentes y su acceso a los mercados de capitales sea
prolongado", alertó el Fondo en su informe. La entidad constató una caída "drástica" de las reservas de sus
bancos centrales en los últimos meses.
No obstante, los países productores de petróleo y China aún gozan
de un colchón muy sustancial.