El enfrentamiento entre el gobierno y la oposición en el Congreso de Japón podría dejar al Ejecutivo sin dinero a fin de mes de no haber un acuerdo para financiar un déficit de US$ 474.000 millones.
El opositor Partido Liberal Democrático, que domina el Senado, exige al primer ministro Yoshiiko Noda que convoque a elecciones anticipadas a cambio de aprobar la ley que eleva el techo del endeudamiento, pero el jefe de gobierno se niega en medio de sondeos que anticipan su derrota.
El caso es similar a la crisis de presupuesto que atraviesa EEUU y que ha sido bautizada por los analistas como “abismo fiscal”, ya que si el dividido Capitolio no logra un acuerdo antes de fin de año, la mayor economía del mundo podría caer en un caos. De hecho, en un prólogo de la misma confrontación, el año pasado EEUU ya perdió su máxima calificación de crédito AAA luego de que S&P advirtiera sobre la incapacidad estructural de los partidos para alcanzar una salida.
La versión nipona
La ley de presupuesto permite al gobierno japonés recaudar un tope de 20 billones (millones de millones) de yenes (US$ 250 mil millones) en un año fiscal mediante la emisión de deuda de corto plazo. La aprobación de la norma es necesaria para financiar 40% del presupuesto de este año.
“El riesgo de abismo fiscal es bastante grande”, advirtió a Bloomberg Soichi Okuda, economista jefe del Instituto de Investigación Sumitomo Shoji. “Sin la aprobación de la ley, el gobierno no puede pagar el gasto necesario y la implementación del presupuesto será aplazada”.
Subasta en peligro
El impasse amenaza una subasta de deuda a 10 años el 4 de diciembre, en lo que podría ser la primera suspensión en 25 años. El ministro de Finanzas, Koriki Jojima, asistió el 26 de octubre a una reunión entre funcionarios y participantes del mercado de bonos. Esta fue la primera vez que un funcionario de su rango se involucra en un encuentro de este tipo desde 2004.
“Algunos partícipes del mercado nos pidieron una reunión por temor a que una mayor tardanza en la aprobación de la ley afecte fuertemente el mercado de bonos”, dijo Jojima.
“Los operadores asistentes expresaron su preocupación a que un fracaso en la aprobación de la ley quiebre la confianza de los inversionistas en la emisión estable de bonos oficiales”, afirmó Takafumi Yamawaki, de JPMorgan Chase. “Si la demora dura más tiempo, no podemos descartar que suban los intereses”.
La suspensión de la subasta implicaría que se venda una mayor cantidad de bonos en remates regulares cuando se promulgue la ley, lo que afectaría al mercado secundario y aumentaría los intereses.