Internacional
“La única forma de recuperar la economía venezolana es con un triunfo presidencial opositor”
Según el experto, el país está viviendo una burbuja artificial causada por una “irresponsable expansión fiscal” para el año electoral.
Por: Equipo DF
Publicado: Martes 18 de diciembre de 2012 a las 05:00 hrs.
Por Marco Fajardo
Los comicios regionales del domingo consolidaron el rumbo de Venezuela al socialismo, para unos, o al desastre, para otros, como el ex ministro de Planificación y actual director del Centro de Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, Ricardo Hausmann.
El oficialismo ganó en 20 de 23 estados, en medio de una participación de 53%. Desbancó a la oposición de estados emblemáticos como Zulia, donde gobernaba hace doce años, y Carabobo.
El premio de consuelo para la oposición fue que Henrique Capriles, el candidato de unidad antichavista que perdió frente al mandatario Hugo Chávez en los comicios de octubre, pudo reelegirse como gobernador de Miranda, lo que refuerza su liderazgo alternativo.
La victoria de Capriles es clave porque según los sondeos previos a los comicios presidenciales, como candidato único de la oposición derrota a cualquier candidato chavista, con excepción del propio Chávez.
Para Hausmann, el triunfo oficialista refuerza los riesgos de la economía del país, que según alerta está a las puertas de una recesión inflacionaria, con un dólar paralelo que quintuplica al oficial, un año que termina con un déficit del 18% del Producto Interno Bruto, un riesgo país que “duplica al de Nigeria” y un aparato productivo “colapsado”.
La única salida que ve Hausmann a este escenario es la elección presidencial de un candidato opositor. Y descarta que un candidato chavista distinto al actual mandatario modere la política económica.
“Elecciones extrañas”
Hausmann explica la victoria oficial del domingo por una serie de factores, como la enfermedad del mandatario, que desató lo que se llamó un voto de “lástima”, así como “un abuso extraordinario del Estado en la campaña”.
Sin embargo, lo que preocupa aún más a Hausmann es el Estado de la economía, que “no podría estar peor”, y cuya única salvación ve en un eventual gobierno opositor.
“El país está viviendo una burbuja artificial causada por una fenomenal e irresponsable expansión fiscal para el año electoral. El dólar negro, que para agosto estaba en 9 bolívares por dólar, frente a los 4,30 bolívares oficiales, hoy bordea los 20. Eso augura una aceleración inflacionaria, una maxidevalución, una recesión para 2013”, asegura.
Hausmann advierte que “Venezuela está a las puertas de una gran recesión inflacionaria” por el deterioro de todo su aparato productivo en sectores como la construcción y la agricultura, ambos minados “por la violación de los derechos de propiedad”, así como el petrolero.
“En el sector manufacturero han cerrado más de 9.000 empresas. Lo único que se mantiene son los subsidios del Estado a la sociedad, financiados con déficit fiscal, que este año va a ser de 18% del PIB. El riesgo país de Venezuela es el doble que el de Nigeria. Estamos en más de 900 puntos básicos, donde Chile está en 120”, advierte.
¿Chavismo sin Chávez?
Hausmann además descarta que un candidato chavista distinto al mandatario, como el vicepresidente Nicolás Maduro, ungido por Chávez como su sucesor, modere la política económica, como creen algunos analistas, porque “un cambio de rumbo dentro del chavismo produciría seguramente divisiones”.
“Los candidatos del chavismo, como Maduro, han llegado donde están a la sombra de Chávez. No son personas que tienen una identidad propia. Han sido fieles seguidores de Chávez, por tanto no tienen un criterio propio. Entonces uno imagina que no tienen una manera muy clara de decidir un rumbo muy distinto al de Chávez”, dice.
“Yo creo que esencialmente para la economía hay una estrategia creciente de estatización (...). Esa es la agenda chavista y creo que eso es lo que seguiría Maduro, ya sea como vicepresidente activo o como presidente de la república”.
Sólo de ganar la oposición habría “un retorno de la confianza, de la disposición a invertir, y eso podría compensar la insostenibilidad fiscal con un aumento de la inversión privada, con el retorno de capitales”, asegura.